Ex presidente pintoresco de Extremadura que compartió con Sánchez al asesor áulico Ivan Redondo y ahora pilla cacho bien remunerado como dinosaurio en el Senado: Si no fuera dramático que un tipo de tan baja catadura moral como usted haya regido los destinos de la siempre minusvalorada comunidad biprovincial o que ahora haga la carísima siesta en la muy mal llamada Cámara alta, resultaría cómica su falta de cuajo. Manda bemoles que, después de haberla liado parda (en realidad, pardilla) acusando de lawfare al juez que condenó a su partido por corrupción -¿se lo silabeo?-, se haga de vientre al ver la repercusión de sus palabras y pida a la institución que le paga a millón que, ya si eso, borre su gachupinada del diario de sesiones, porque fue una calentada de boca de la que se arrepiente. Qué autorretrato.