APENAS se nota que desde hace varios meses –años, podría decirse– las huestes monárquicas han desplegado la operación Leonor para asegurar la perpetuación de la dinastía borbónica, que se tambaleó por culpa de las correrías del emérito hoy asilado en Abu Dabi. Así, empezaron dándonos la tabarra con sus estudios en un internado de élite en Gales, siguieron vendiéndonos sus primeros discursos, intensificaron la bulla con su formación militar, y estos días, con el aperitivo de la entrega de los premios que llevan el nombre su cargo, llegamos al punto álgido con la celebración de su mayoría de edad y su jura de la Constitución el próximo martes en el Congreso.

El acto va a dar que hablar, más que por sus presencias, por sus ausencias. La última anunciada es la del PNV, en sintonía con la ya conocida del lehendakari. También se han borrado, de momento, EH Bildu, Junts, ERC y BNG. El papelón es para Sumar, que parece haber dado libertad a sus integrantes para ir o no ir, aunque marca la presencia de quienes tengan cargo institucional, que son unos cuantos. Los cortesanos pasarán lista y se cebarán en los ausentes.

ERC encarece la investidura de Sánchez

En las últimas comparecencias públicas de Pedro Sánchez, ha ido dando la impresión de que su sonrisa no podía crecer más. “La investidura está cada vez más cerca”, decía anteayer mismo, superando el célebre optimismo antropológico de Rodríguez Zapatero. ¿Hay base para esa sonrisa? Si uno pone la oreja en el bando soberanista catalán, parece que no. Ayer mismo, desde ERC se consideró necesario dar un toque de atención y varios medios filtraron al unísono el malestar en las filas republicanas por la falta de acuerdo respecto a la ley de amnistía. Y como propina, el partido liderado por Oriol Junqueras añadía la última subida del precio de sus votos: la mentada ley deberá reflejar expresamente que el 1 de octubre no hubo delito. Puede que detrás de la exigencia esté la necesidad de marcar perfil en su disputa con Junts. Pero ayer alguien me apostó una cerveza a que habrá elecciones el 14 de enero y no me atreví a aceptar el envite.