A reunión de la Conferencia Sectorial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que tuvo lugar el lunes entre el Gobierno español, representado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y los consejeros de las autonomías con el objetivo de coordinar la aplicación de los fondos europeos Next Generation tuvo aspectos de indudable interés para Euskadi de cara a su ambicioso proyecto de recuperación económica tras la pandemia aunque sigue habiendo inconcreciones, nebulosas e interrogantes por despejar. No cabe duda de que la próxima llegada de los fondos europeos -cuantificados en alrededor de 19.000 millones de euros- va a ser trascendental dentro del proceso de recuperación de la crisis provocada por el covid-19. En los últimos días ha habido señales que indican un cambio de actitud en el Gobierno español respecto al reparto, gestión y control de esos fondos. El anuncio del presidente, Pedro Sánchez, de que las autonomías gestionarán el 55% de este importe va en la buena línea frente a sus primeras intenciones, radicalmente centralistas. En varias ocasiones, Europa ha advertido al Ejecutivo español y a los de otros estados miembros de que deben olvidar la centralización de las inversiones prioritarias para las ayudas Next Gerenation y tienen que apostar por una "auténtica colaboración y codecisión" con las comunidades y regiones a la hora de definir y concretar proyectos. En este sentido, la conferencia sectorial se concibe como un órgano coordinador, pero no decisorio para los criterios y el reparto de las ayudas, que tienen su vía negociadora. El principio general aprobado el lunes incide en aspectos clave que el consejero Pedro Azpiazu había marcado como ineludibles, y que fueron apoyados por otras comunidades, de manera que Euskadi se ha garantizado la gestión directa de 500 millones de los más de 6.400 a los que aspira durante los próximos tres años, ya que las inversiones podrán ser plurianuales. Asimismo, la CAV podrá articular sus propios proyectos estratégicos territoriales (PERTE) que, contra el criterio inicial de Madrid, no podrán fraccionarse bajo la acción de los diversos ministerios. Quedan, obviamente, cuestiones a definir, concretar y precisar en el diseño de los programas, en el reparto de las ayudas y en su seguimiento y control, a la espera de que los acuerdos faciliten la llegada de los fondos desde Bruselas.