¿Conocen la historia? La señora Maximiliana, ingresada en un centro hospitalario desde hacía unos cuantos días, pedía repetidamente que se le tomara el pulso, hasta que su fallecimiento, conocido con mucho retraso, delató que la repetida petición solo significaba el deseo de que alguien quebrara su absoluta soledad. Reconocer y abordar la soledad es un deber crucial del mundo sanitario hacia el derecho del paciente a ser tratado en un clima de seguridad y confianza. Los derechos y deberes de las personas en materia de salud, vertebran las relaciones sanitarias.
Siendo un tema fundamental en una sociedad democrática y transparente, tal y como refieren nuestros políticos, y tras reunirse un grupo de profesionales y pacientes en torno a la realización de un artículo/reflexión, se constituyó el documento De derechos y deberes. Guía que, tomando como base los derechos y deberes de Osakidetza, empuja a hacer una consideración por cada normativa.
Al hilo de esta publicación y bajo la gestión de la Asociación Vecinal Basurto, se organizó un taller encuentro en mayo, en donde fueron invitados pacientes y profesionales sanitarios, siendo el objetivo fundamental el compartir, conocer y aprender entre todos. Reunión activa, empática y sin filtros. Una auténtica cultura de la comunicación que permitió extraer interesantes conclusiones.
Estos días, dos cifras forman parte de la interacción de pacientes y colectivos implicados: las 500 reclamaciones sobre Osakidetza al Ararteko que superan las de 2023 y que no son todas las que se reciben en los servicios de atención al paciente y las mil páginas de aportaciones al Plan de Salud de la nueva Osakidetza
No sé si la señora Maximiliana está en semejantes cifras, pero contar con la honestidad e implicación de la persona, cada uno con su mochila, ayuda para que, entre todos, trabajemos juntos en el tejido del mundo de la salud, fuente de bienestar social.