Las maldades humanas tendrían que tener la misma repercusión que tienen las bondades y esto haría que los miserables apenas tendrían eco en la sociedad, y no como ahora en el que se les da un papel tremendamente protagonista.

Hemos creado una sociedad de tarados y morbosos en el que el “buenismo” no vende y si lo hace lo malote, y no solo para un rato, porque parece costumbre extendida... y mantenida.

Es enfermizo que tengan más resonancia social las personas tóxicas y malignas a las que se les hace muy fácil y repetidamente, bajo mi punto de vista un gravísimo error, la propaganda que buscan, que a los que luchan por la vida, y pretenden que sea más justa....

Algún visionario fascista grito hace años ¡viva la muerte! y ¡muera la inteligencia!, y hasta que no se demuestre lo contrario, todas las evidencias lo demuestran, para desgracia y pesadumbre del género humano.