Bizkaibus, de mal a peor
La diputada de Transportes y Obras Públicas, Itziar Garamendi, celebró el pasado diciembre la “normalidad” con la que se desarrollaron los cambios en las líneas de Bizkaibus. En Larrabetzu tal normalidad no sucedió así: los alumnos de Larrabetzu que acuden al instituto del Txorierri ese lunes de “normalidad” se encontraron que cuando salían de clase, a las 15.30 horas y sin comer, no tenían autobús para volver a casa. Nadie informó sobre los cambios. Los paneles informativos de las paradas mantenían las rutas antiguas. Usuarios que querían volver de Bilbao a Larrabetzu se encontraron con que habían modificado la parada en Bilbao. Nadie les informó. Usuarios se encontraron que iban a Bilbao por otra ruta. Nadie les informó. Y las mejoras que urgen en un pueblo que está situado a seis kilometros del hospital de Usansolo y no tiene autobús directo a dicho hospital quedan en nada: no hay autobús al hospital desde Larrabetzu. El transporte público debe ser un servicio público que sustituya al coche, que traslade a personas sin vehículo, que ayude a disminuir la contaminación y, en resumen, que nos facilite, racionalice y mejore la vida cotidiana. Con estos cambios, señora diputada, vamos a peor.