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“¿Por qué no te callas?”

Recuerdan la frase del Borbón ante Hugo Chávez: “¿Por qué no te callas?”. Ese fue uno de los primeros desaciertos habidos sobre la piel de toro. La lista es interminable, desde Filesa hasta la operación Púnica, una interminable relación de corruptos y embaucadores de toda tropelía pueblan la Península Ibérica. Políticos de medio pelo manchan cada día las primeras planas de los periódicos con su sarta de ambiciones, salpicando y ensuciando a personas intachables cuya labor es digna de respeto y consideración. Conviene reconocer que aún quedan algunos intocables en las instituciones del Estado que están indemnes de estas tropelías. El momento actual para el País Vasco es el más indicado para salir indemne de este estropicio al que someten estos truhanes a las arcas del Estado español. ¿Qué más nos queda por ver? Todas las instituciones del Estado están en tela de juicio y sus comportamientos dicen muy poco de honestidad, ejemplaridad y justicia. Señor Borbón, que razón tenía con aquel “¿por qué no te callas?”. Tiene toda la razón. Ahora es momento de callar y hacer, investigar, encausar y juzgar a toda la tropa de desalmados que han esquilmado este país.