Síguenos en redes sociales:

Corre corre, chuta chuta

Corre corre, chuta chuta

Solo los sabios saben reducir la fórmula del elixir. Mr Pentland lo era. Muy simple: corre corre, chuta chuta. Lenguaje universal. Aaahhh el fútbol británico. Qué sería Bilbao sin él. Sin aquella campa de los ingleses a la que descendían de los barcos con un balón bajo el brazo. Sin porterías. Sin más equipos que unos corriendo hacia un lado y otros hacia otro. Sin offsides, sin córners y sin faults. Solo un balón. Elemento de juego y trofeo al mismo tiempo.

El origen del corre corre, chuta chuta. El fútbol moderno lo rodeó de reglas. Y el fútbol contemporáneo lo ha asumido con exquisitez. Solo los equipos más punteros están a su altura. Correr y chutar. Ja! Repasen, repasen y verán que aquellos que han intentado subvertirlo en base a rondos de 90 minutos se van extinguiendo. Estuvieron a punto de crear un orden nuevo. Posesión era su elixir. Triunfos tan numerosos como aburridos, su resultado.

Pero vuelve el fútbol. Valverde no es Pentland pero el fútbol horizontal le espanta. Hurra! Es la versión siglo XXI del corre corre, chuta chuta. Y aquí está, derrotando a un equipo británico, en vísperas de enfrentarse a otro. Cuenta con pequeños detalles decisivos. Entre ellos: un robot, un insaciable, un muro, una araña, un lío, un escapista y un Benjamin Button.

Les dejo que se diviertan traduciendo y discutiendo la cuestión. Entre todos originan un puzzle muy difícil de resolver. Es casi imposible hallar un antídoto para cada uno de esos venenos.

Así que los dos teatros de los sueños les espera. Old Trafford y San Mamés. Éste, ojalá que por dos veces. De ser así, el teatro pasará a ser Coliseo. Atónito de tanto corre corre, chuta chuta… eup!