EL Papa ha indignado a los ucranianos al sugerirles que tengan “el coraje de (izar) la bandera blanca”. “Cuando ves que estás derrotado, tienes que tener el coraje de negociar”, ha dicho. Es cierto que Francisco parece estar ganando sus batallas. Que las tiene. Hay cardenales que le llaman “hereje”, los coptos ortodoxos han suspendido el diálogo con la Iglesia y hay curas que rezan para que se vaya “al cielo cuanto antes”, todo por bendecir las uniones entre homosexuales. La pregunta, claro, es si el Papa se rendiría si fuese perdiendo sus justas batallas o tendría el “coraje” de seguir defendiéndolas.