Marzo de 2020. Una muchachada de Castellón cuelga ¡por los pies! un muñeco con la cara de Santiago Abascal con un tiro en la frente. Vox hiperventila y pone una denuncia. Pide tres años de cárcel (¡3!) para el autor por delito de odio. El juez descarta el odio y condena al “antifascista” a ocho meses de cárcel por “amenazas”. Agosto de 2023. Un concierto en la zona de txosnas de Bilbao lleva un cartel con Abascal con un tiro en la nuca. Más hiperventilación: amenazas, terrorismo, odio. Diciembre de 2023. Piñata de Sánchez. ¿Qué dice Vox? Que es libre expresión y que con ellos hay una doble vara de medir. Ya.