Arkaitz Rodríguez atribuye intereses electorales a quienes lamentan que Sortu no acuda al acto de aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Detrás está su interés electoral de pretender borrón y cuenta nueva del dolor causado y la adhesión empecinada a esa estrategia violenta. Argumenta que en Aiete ya lamentó Sortu el dolor padecido. Y es verdad, aunque el tono aséptico asemejaba la violencia de ETA a un episodio meteorológico, como si a sus víctimas les hubiera llovido una bala. Esa declaración abogó por reconocer y reparar a todas las víctimas. Por eso no se entiende su ausencia.