Estoy en lista de espera para hacerme un electromiograma en Osakidetza. Como no me avisan, llamo yo a un sitio y a otro y no saben nada, hasta que por fin alguien amable me remite a Cruces, donde por fin me dicen que la lista de espera para esa prueba es de un año. Verdaderamente eso es literalmente imposible, un año, repito un año, es demasiado esperar. Tres meses o seis meses suele ser comprensible, pero tanto no. Tiene que haber para esa prueba, alguna solución, un concierto con alguna institución privada o un seguro médico. Me convierto en un paciente insatisfecho. Hay veces que pienso que en Osakidetza va algo mal y no es así, es una cuestión, de organizacion. Hay medios para todos, pero, en fin, un poco de orden. No puede ser un desbarajuste tal.