EL pleno de control del Parlamento Vasco de ayer sirvió como escenario de contraste de las paradojas con que ciertas actitudes partidistas envuelven la política de nuestro país, también del Estado que lo contiene, y la convierten en un ovillo que, por el contrario, exige grandes dosis de sentido común, diálogo y voluntad de acuerdo para ser desenmadejado. Paradojas que se concretaron en la coincidencia de dos intervenciones, de la portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte, y del presidente del PP del País Vasco, Alfonso Alonso. Iriarte interpeló al lehendakari, Iñigo Urkullu, respecto a la urgencia de salir de España y la necesidad de poner en marcha recetas distintas a las actuales, de forma unilateral, ante las carencias democráticas que presenta el Estado español. Alonso achacó al Gobierno Urkullu, a raíz del reciente forzado relevo del consejero de Salud, una debilidad causada por la falta de respaldo de una mayoría absoluta en el Parlamento Vasco y le afeó los acuerdos en materia de autogobierno con EH Bildu, que según él estarían en el origen de esa falta de mayoría. La primera obvia que la vía unilateral lleva meses en punto muerto en Catalunya y que en todo caso conduce siempre a un punto en el que algún tipo de acuerdo es imprescindible para evitar que conlleve consecuencias indeseadas por la sociedad, lo que hace explícito también otro proceso de separación encallado en sí mismo en los últimos meses: el del Brexit. Al tiempo, elude el contrasentido que supone abogar por una unilateralidad inconcreta mientras en Euskadi se concierta la oposición al gobierno con quienes en el Estado han sido responsables de gran parte del retroceso hacia esa situación de carencias democráticas. El segundo soslaya en esa interesada interpretación de las mayorías que solo el alineamiento de su grupo con el de la izquierda abertzale, al que sin embargo Alonso pretende que el PNV ignore, y con la izquierda radical de Podemos, que el PP ignora en todo lo demás, lleva al gobierno presidido por Urkullu a la situación de debilidad que pretende dibujar. Elude interpretar también que de reiterarse esa concertación de intereses encontrados en uno solo, el de atacar al gobierno y dificultar su acción por mero fin electoral, puede llevar al lehendakari a buscar nuevos tiempos o formas de mayor estabilidad parlamentaria.