NO podía elegirse mejor escenario que aquel en el que se ha convertido hoy El Cuartito donde Zuloaga, Losada, Guinea... idearon la inserción de Bilbao, de Bizkaia, en la corriente de regeneración económica y cultural de la Europa de fines del siglo XIX a través de la música. La de Eñaut Elorrieta y Kaabestri String Ensemble sonó en la Sociedad Filarmónica anoche. Lo hizo como medio para rubricar que, ya entrado el siglo XXI, el compromiso de la información, que es el compromiso de DEIA, pasa por poder formar parte de la vida de las personas. De una vida que, de modo cada vez más notorio, se relaciona con y depende de una Europa aún hoy cambiante porque todavía se regenera, se crea. También lo hacen, deben hacerlo, los medios de comunicación, y entre ellos nuestro diario, siempre desde la asunción de la veracidad, la calidad, pero también la utilidad que la sociedad de la que forma parte y a la que desea servir le exige. Y, por supuesto, desde la cercanía. Somos parte de una comunidad con la que compartir experiencias, a la que enseñar y de la que aprender, que pide y ofrece información, que opina, colabora, disfruta... Queremos formar parte de todo eso y que todo eso forme parte de la actividad, del esfuerzo profesional que cada día nos lleva al encuentro con nuestros lectores desde la responsabilidad de dar respuesta a todas sus expectativas. Encontrarse en DEIA, ser parte de DEIA, ser DeiaKide -compañero, miembro-, integrar una comunidad en la que compartir vivencias con la confianza en la claridad, la autenticidad, que la cercanía permite a la información. Precisamente en tiempos en que la laxitud del concepto de verdad se expande por la globalidad a través de las redes del imparable desarrollo de la tecnología. La comunidad DeiaKide -que ayer solo vivió una primera cita, un cálido y magnífico punto inicial de lo que se pretenden numerosas otras iniciativas culturales, sociales, deportivas...- busca extender la participación dentro de otra red diferente, personal, directa, que surge para reunirnos en torno al compromiso con un periodismo vasco de calidad. En un mundo de horizontes cada vez más amplios y quizá por ello menos fiables, nos debe permitir sentir confianza, seguridad, también en y de la información. El encuentro, la comunidad, contribuye a que así sea.