LA Bienal de Máquina Herramienta (BIEHM) llega esta año al BEC con indicios muy descriptivos de la realidad industrial del país. En primer lugar, la propia edición, la trigésima, ya habla de más de medio siglo de actividad de un sector referencial en la industria vasca y, a través de él, estandarte de esta en el mundo. El proceso de transformación constante aplicado durante casi seis décadas sitúa a las empresas vascas del sector en una posición competitiva reconocida internacionalmente y en una disposición ventajosa de cara a la nueva era tecnológica que ya está aquí. La automatización y el desarrollo 4.0 no deben ser, y no lo son, procesos importados. Euskadi, su tejido industrial, que vuelve a rondar el 25% de su PIB tras diez años de tensiones financieras severas consecuencia de la crisis global, está en disposición de subir en el vagón de cabeza de esta nueva transformación digital de los procesos productivos. El vagón que situará en medio de un mercado al alza a las empresas dispuestas al esfuerzo de renovación y de inversión en mejoras tecnológicas y en la formación de las personas que las hacen posibles. Una economía de valor añadido requiere una apuesta clara por esa formación y esa inversión en I+D+i. Un esfuerzo compartido que está en la estrategia de las instituciones vascas, tal y como refrendaron ayer el lehendakari, Iñigo Urkullu, y la consejera de Industria, Arantxa Tapia. Ese “escaparate” de la industria vasca al que aludió ayer esta última es una función que adquiere la BIEHM y que durante toda la vida de la muestra ha alimentado la presencia del sector en el mercado estatal e internacional. La presente edición alimentará además el intercambio de conocimiento con la presencia de empresas de 21 países y 1.751 compañías expositoras. La economía vasca sigue pegada a los sectores industriales aunque estos no puedan concebirse hoy deudores de los modelos extensivos en mano de obra. Los trabajadores industriales del futuro son hombres y mujeres formados en el conocimiento tecnológico y su aplicación. Suyo es también el protagonismo de esta transformación que dispone de herramientas como la formación dual profesional y universitaria. Hay cantera para que la apuesta continua del sector vasco de la máquina herramienta siga siendo tractora de la economía vasca. Cantera empresarial y laboral.