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El euskera que palpita

El Ibilaldia de ayer celebrado en Santurtzi se convirtió en un multitudinario latido para el impulso de la educación en lengua vasca y la extensión de la euskaldunización en la sociedad

DECENAS de miles de personas tomaron parte ayer en el Ibilaldia celebrado en Santurtzi bajo la organización de la veterana ikastola Bihotz Gaztea, que ha superado ya el medio siglo de vida. La fiesta de las ikastolas de Bizkaia, que ha cumplido este año su 40ª edición, regresaba así, 23 años después, al municipio marinero con el objetivo de volver a reivindicar la educación en euskera en una zona como Ezkerraldea donde la ikastola santurtziarra mantiene viva la llama euskaltzale. El lema elegido para esta ocasión -Taup!, la onomatopeya del latido del corazón- resume a la perfección el sentido de la celebración de ayer, ya que aúna la propia actividad de la ikastola Bihotz Gaztea como joven corazón que bombea el euskera hacia el cuerpo social y la expresión de que la lengua vasca sigue palpitando pese a las dificultades que aún existen, sobre todo en zonas tradicionalmente no euskaldunes. De ahí la importancia de, como se puso ayer de manifiesto, seguir reivindicando la educación en euskera y su utilización también fuera del ámbito escolar para que cobre cada vez mayor protagonismo. Además de este, el Ibilaldia de ayer tenía también como objetivos el fortalecimiento de la cohesión en la ikastola santurtziarra y del trabajo en común con las instituciones y la recogida de fondos para ampliar y modernizar sus instalaciones. Durante el acto de inauguración, la consejera de Educación, Cristina Uriarte, insistió en la mejora del sistema educativo de Euskadi, para lo que recordó que próximamente trasladará al Parlamento Vasco el documento que recoja las bases para el logro de un acuerdo con el mayor consenso posible con el objetivo de diseñar el sistema educativo vasco de cara al futuro. Un aspecto fundamental, en el que la euskaldunización debe estar entre las cuestiones clave, porque así lo está demandando la sociedad vasca, que tendrá oportunidad, al igual que la comunidad educativa en su conjunto, de tomar parte en el debate. En definitiva, el multitudinario latido en el que se convirtió el Ibilaldia de ayer debe significar un nuevo acicate tanto para el mantenimiento de la impagable labor que siguen realizando las ikastolas como para la extensión y normalzación del uso del euskera en la sociedad. Unos objetivos que se mantendrán el próximo año en el Ibilaldia que se celebrará en Lekeitio.