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Una enmienda al pasado

La constatación por la IA de que las instituciones y el desarrollo de una estrategia asimétrica deben ser base de la construcción nacional supone la admisión implícita del coste para esta de sus equivocaciones

EL borrador de conclusiones con que la izquierda abertzale pone fin a los procesos de debate Abian y Zohardia marca el horizonte y objetivos de su acción política inmediata y constituye, aun si se elude admitirlo textualmente, una severa enmienda de la estrategia desarrollada durante el último tercio del pasado siglo y la primera década del actual a la que, en todo caso, no cabe sino dar la bienvenida en cuanto al reconomiento, siquiera implícito, de las equivocaciones cometidas y al desempeño pacífico y democrático que se confirma. La constatación de que el proceso de construcción nacional debe estar fundamentado en las instituciones vigentes -con la inclusión además de una cita explícita al aprovechamiento del debate sobre autogobierno del Parlamento Vasco- y en el desarrollo de una estrategia asimétrica y confederal en la Comunidad Autónoma Vasca, Nafarroa e Iparralde, con sus propios ritmos y procurando entretanto una vertebración entre las tres estructuras administrativas, no puede considerarse de otro modo, producida la caída del caballo repecto a que la labor institucional desde los marcos vigentes es esencial en el método para dos de las claves del proceso que se pretende: la construcción de una mayoría social y la consecución de apoyo internacional. Ahora bien, cabe insistir en que, más allá de los términos elegidos en su traslado a la militancia, todo ello es algo que el resto del nacionalismo vasco ya comprendía, y ha defendido y desarrollado mientras la izquierda abertzale ha negado durante décadas el distingo de ritmos entre territorios y rechazado no ya la posibilidad de que las instituciones pudieran ser herramientas de la construcción nacional sino incluso su mera participación en las mismas salvo con el fin de minusvalorarlas. Y cabe colegir de todo ello que una y otra clave, la constitución de una mayoría social suficiente y el logro de apoyos internacionales, se han dificultado y diferido por la errada estrategia político-militar de décadas, ralentizando así mismo los ritmos de la construcción nacional, sacrificada en el mantenimiento de un determinado proyecto ideológico pese a que el fracaso de este y su imprescindible transformación -que ahora parece pretender y haber iniciado la izquierda abertzale- se había venido haciendo más que evidente en otros ámbitos.