ES relativamente habitual que en diversos ámbitos un concepto erróneo o una “media verdad” mil veces repetida -como planteó el ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels- se convierta en “verdad” socialmente asumida y ampliamente extendida. En los últimos tiempos, por ejemplo, se da por hecho por parte de partidos políticos y medios de comunicación -y es replicado en múltiples entornos- que el número de jóvenes vascos que se han visto obligados a abandonar Euskadi debido a la falta de empleo y oportunidades ha aumentado de forma exponencial. No es difícil encontrar en los discursos políticos, también durante la campaña electoral, mensajes en los que esta idea de que la juventud vasca no encuentra otra salida que la emigración a otros países se utiliza para reforzar la crítica a la gestión de las instituciones y desgastar, así, a quienes sostienen las administraciones ofreciendo una idea de ineficacia en su quehacer. Sin embargo, los datos aportados recientemente por Ikuspegi, el Observatorio Vasco de Inmigración, demuestran que esa imagen de que los jóvenes vascos están abandonando Euskadi debido a la crisis económica no se corresponde con la realidad. Son hechos, no opiniones o sensaciones. Así, el informe de Ikuspegi publicado el pasado jueves deja claro que no existen diferencias significativas entre el número de jóvenes que han dejado Euskadi durante la crisis -incluso en sus momentos más crudos- y los que lo hicieron en los tiempos de bonanza económica. Eso sí, el estudio revela también que quienes sí están marchando son los inmigrantes que llegaron a Euskadi en momentos de gran actividad económica, lo que no deja de ser un dato negativo. De lo que no cabe duda -y eso también lo dicen los datos objetivos- es de que los jóvenes tienen serias dificultades para acceder a un empleo digno que pueda ser la base para iniciar un proyecto de vida autónomo. Pero una cosa -grave, y para cuya solución hay que poner todos los medios, públicos y privados- es un desempleo juvenil que no puede ser asumible y otra, utilizar una idea falsa que intenta generar desconfianza en la sociedad. La juventud mejor preparada de la historia -y la capacitación es también sinónimo de empleabilidad- tiene y debe seguir teniendo, incluso aún más, oportunidades de vivir y trabajar en Euskadi.
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