En la última reunión del Eurogrupo se escucharon muchos elogios a España, pero también se le pidió otra reforma laboral (por cierto, ¿cuántas van?). ¡Qué pesados son! Si tanto les gustan las reformas, podían empezar por ellos mismos: menos sueldos estratosféricos, menos dietas que superan con creces el salario mínimo, menos coches oficiales, menos asesores, menos viajes en clase preferente, menos “comidas de trabajo”, menos recepciones oficiales, menos estancias en hoteles de cinco estrellas... ¿Quieren que siga? Ahí tienen material de sobra para recortar y, de paso, dejen en paz a la ciudadanía que bastante tienen con llegar a fin de mes y soportar las anteriores reformas laborales que, como se ha demostrado, no han valido para nada. Bueno, sí han valido para algo: han sumido a la población en un hartazgo permanente y a la banca, en la senda de ganancias inmorales después de recibir dinero público. Por cierto, aprovechando que hay brotes verdes, ¿devolverá la banca algún día el dinero que le prestamos?