Síguenos en redes sociales:

Carta a Javier Esparza

Señor candidato de UPN: Vi el debate en Tele-Navarra con Adolfo Araiz del partido EH-Bildu. Sufrí. Usted, señor Esparza, después de soltarle una mala puñalada como esta: “Si me hubieran pegado un tiro en la nuca, también usted lo habría justificado”, dijo: “Usted es de Tafalla y yo soy de Aoiz, y usted y yo sabemos lo que pasa allí”. Señor Esparza, el que suscribe es nacido en uno de los pueblos congozantes de las Bardenas. En mi familia hubo un jesuita, políglota y muy viajado, y una monja, madre superiora, más conservadores que la madre que los parió: mi abuela, de misa y comunión diaria, bastante menos que mi abuelo. En esta misma familia hubo uno de los hijos que fue con los requetés a pegar tiros a Asturias, donde recibió una bala cerca del corazón y lo mandaron a casa de baja. Otro hijo de la misma casa tuvo que escapar a San Sebastián (Donostia), porque estaba el primero en la lista para ser fusilado porque era nacionalista vasco. Los dos hermanos se querían a muerte. Entre mi cuadrilla de amigos hay nacionalistas navarros, nacionalistas españoles y nacionalistas vascos. Varios de ellos son hijos de guardia civil. Alguno le votará a usted; algún otro, al señor Araiz y a Uxue Barkos. Creo que a los socialistas ninguno por desencanto, y seguramente a los comunistas y a Podemos. Y nos queremos a muerte. Ya ve usted. Comprendo su miedo porque seguro que ha pasado malas noches y peores días. Pero los tiempos cambian. Debo felicitarle por haberse quitado de encima para estas elecciones a Yolanda Barcina, que como buena castellana o de donde sea nacida, y por su condición de conservadora cerril, nunca entenderá a los navarros. No es fácil. Quiero animarle a pasar página y a que aproveche esta ocasión para pasar a la historia como un gran hombre: desentierre a los generales Mola y Sanjurjo del Monumento de los Caídos y entrégueselos a sus familiares para que les den sepultura donde quieran, a ser posible fuera de Navarra. Y, otra cosa más, no utilice el euskera como arma política: es de todos. Por ello voy a despedirme de usted en euskera: Agur bero bat.