El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sigue la estela trazada en su día por otro personaje de la triste historia de este país indisoluble, pero no incorrupto. “Pido perdón a los españoles, me he equivocado?, no volverá a suceder” (aquel). “Pido perdón a los españoles por todo lo sucedido, pero unos pocos no representan a los 48 millones de españoles (este). Pero el perdón no es posible para unos representantes de la nación que están, presuntamente, embarrados y con consentimiento en tantos escándalos y de tanto calado. Uno ya está cansado de financiar a tanto sinvergüenza con la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones, con la pérdida de derechos en sanidad, en impuestos abusivos que envían a la supervivencia a tantos trabajadores y pensionistas, mientras crecen, cada año más, nuevos millonarios a la sombra del pelotazo, del enchufe, de la prevaricación y del saqueo generalizado. Y están tan acostumbrados que por meter, meten mano hasta en nuestra caja de la Seguridad Social. 16.400 millones de euros nos ha escatimado desde que es presidente del Gobierno. El presidente y el Gobierno deben de dimitir por tres razones: 1-Cuando un presidente no se entera del saqueo de sus huestes y con tantos imputados por corrupción, por falta de capacidad, debiera dimitir. 2-Si se entera y conoce lo que se cuece, como debe de ser normal en quien ostenta el máximo cargo en un país, también. 3-Cuando en un Partido Político (PP) se compran y se hacen obras en sus sedes con dinero negro, es otra buena oportunidad para hacerlo. Por higiene democrática debería dimitir y convocar elecciones, y, si vuelven a votar las mismas opciones, ya sabemos lo que piensa y lo que merece este país.
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