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La información en las playas

Me gusta ir a la playa. Siempre que hay oportunidad lo hago. Me doy un par de baños y paseo a lo largo de la playa. A lo largo del día, anuncian varias veces por los altavoces la temperatura del agua, el color de las banderas, las prohibiciones, etc. El color de las banderas no me preocupa porque no soy daltónico. La temperatura del agua, tampoco mucho, ya que me acerco a la orilla, meto el dedo gordo del pie en el agua y, aunque no me dice el número de grados, me aconseja no meterme o hacerlo con precaución, ya que, además del dedo, se me pueden quedar arrugadas otras partes vitales de mi sufrido cuerpo. Sin embargo, lo primero que la mayoría de la gente pregunta cuando llega a la playa es si la marea está subiendo o bajando, o cuándo es pleamar o bajamar. Esta información nunca la dan por los altavoces, por lo que un día me acerqué a los socorristas de una playa y les pregunté por qué no daban este dato. Me atendió uno de ellos y me respondió que no está en el programa y que si quería que la incluyeran, me dirigiera al departamento correspondiente. Por supuesto, mi sugerencia le importó un pito. Poco después me encontré con un amigo, médico de familia retirado, y le comenté mi sugerencia y la contestación que me dieron. Me contestó que, en general, ese tipo de personas, en la mayoría de los casos, las sugerencias ni las escuchan, y son las primeras en las listas del paro. Quizás una persona responsable lea esta carta. A todos, feliz baños de sol o de agua salada.