LA continuidad del compromiso de los gobiernos de Euskadi y Aquitania por la Agrupación Europea de Coordinación Territorial o Eurorregión que ambas forman y el afán por extender y ampliar bajo la presidencia del lehendakari Iñigo Urkullu esa colaboración -que ya se ha evidenciado con el presidente del Consejo Regional de Aquitania, Alain Rousset, al frente- confirma una nueva realidad europea que pretende superar la que conforman los estados y acercar al ciudadano la idea de una Europa común. Con el nexo de la vecindad y la necesaria conjunción de esfuerzos en el desarrollo de la conexión interregional a través de la alta velocidad, que conformará en menos de una década uno de los corredores estratégicos de la red transeuropea de transporte, Euskadi y Aquitania se sitúan en todo caso como polo de desarrollo socioeconómico que puede y debe mostrar el camino a una Unión Europea hoy desconocida, cuando no cuestionada, por sus propios ciudadanos. Así, el Plan Estratégico que se presentará en junio con el horizonte de 2020 pretende situar a la Eurorregión en cabeza del nuevo modo de entender la idea de Europa y hacerlo en base a su fortaleza demográfica, más de seis millones de habitantes, su potencia económica -un Producto Interior Bruto de más de 160.000 millones de euros-, una extensión geográfica muy relevante dentro de la UE y, no hay que olvidarlo, la relación que tanto Euskadi como Aquitania mantienen con otras administraciones -Navarra, Aragón, Catalunya, Languedoc, Andorra...- a través de su integración y colaboración en la Comunidad de Trabajo de los Pirineos. Esa potencialidad tiene ya su reflejo, de hecho, más allá de la colaboración interinstitucional, en más de un centenar de proyectos en los que participan entidades y empresas de Euskadi y Aquitania. Pero, además, tampoco es gratuito resaltar que dichos proyectos y colaboraciones contribuyen a diluir fronteras políticas y mugas socio-culturales, a mostrar la histórica pero muy actual vocación europea de Euskadi y a homogeneizar la idea de una realidad vasca en la Unión Europea al relacionar y conectar, dentro de la misma Eurorregión, la todavía hoy comprobable diversidad sociológica entre Hegoalde e Iparralde.