ES posible que Madrid deje de utilizar el nombre de Navarra para sus negocios políticos y mediáticos? Que Navarra es cuestión de Estado para Madrid lo saben los navarros, todos, desde hace siglos. Más aún desde que se intenta imponer en el Estado la idea de una España única y uniforme. Pero ahora ya es sólo cuestión de negocios. Navarra sólo es portada en los medios de Madrid por cuestiones como la corrupción, que ha acompañado constantemente al régimen político que ha campado a sus anchas por esta tierra las últimas décadas. O cuando la voluntad libre y democrática de los navarros opta por vías de cambio político que no gustan en Madrid o simplemente no sirven a sus intereses partidistas. De nuevo, la derecha política y mediática utiliza el discurso del miedo para azuzar sus enfrentamientos partidistas y electorales en el conjunto del Estado y tapar sus propias vergüenzas de corrupción. Ese burdo y manipulador intento de seguir dividiendo a los navarros y navarras en buenos y malos según lo que voten o dejen de votar, o de confundir ser vasquista o abertzale además de navarro con ser "pro ETA" es un ejercicio desvergonzado de ignorancia y un insulto al conjunto de la sociedad navarra y a cualquier demócrata. El PP y la prensa derechista saben que el proceso de cambio de ciclo político en Navarra es imparable -el agostazo de 2007 no tiene margen hoy- y que sus manipulaciones apenas tienen efecto real en la opinión pública navarra. Las preocupaciones aquí son otras: la inestabilidad política e institucional, el desempleo y la ralentización económica, el agotamiento de un régimen que ha hecho del despilfarro de los recursos públicos y del uso clientelar del gasto presupuestario un modelo de caciquismo político en pleno siglo XXI. Pero saben también que pueden utilizar ese discurso contra el PSOE en plena campaña electoral europea agrandando la importancia política real de Bildu en la política navarra y tapando de paso su apoyo a un régimen en el que la corrupción ha sido seña de identidad. En Madrid, la foralidad se ha convertido sólo en palabra sin contenido, como ha mostrado en una nueva torpeza el ministro Fernández Díaz. Bildu tiene la fuerza y la legitimidad de sus votos y el aval del TC español, pero es una minoría más dentro de la pluralidad política de Navarra. Y es también la fuerza política con la que UPN y Barcina han pactado los presupuestos de Estella o Tafalla.
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