MÁS allá de la aparición de una nueva formación política, de momento residual, impulsada por miembros recientes y algún cargo electo del Partido Popular; la exposición pública, más evidente en unos casos que en otros, de sensibles divergencias internas en la formación que preside Mariano Rajoy en cuanto a las directrices en torno a la pacificación de Euskadi -también respecto a las exigencias catalanas de autogobierno- no parecen concordar con la absoluta ausencia de cambios apreciables en las políticas de los populares en ambos campos. En todo caso, se trataría más de diferencias en las formas, algo menos estridentes, con las que el PP de Rajoy prolonga las bases programáticas e ideológicas heredadas del PP de José María Aznar, conjugadas, eso sí, con los malestares y las consecuencias de la silenciosa pero obligada renovación tras el triunfo de Rajoy en el Congreso de Valencia y las secuelas, aún inconclusas, de una trama Gürtel que afecta sobremanera a círculos cercanos a Aznar. No se trata, por tanto, de un aggiornamiento del Partido Popular, ni siquiera como trata de hacer ver la presidenta del PP del País Vasco, Aran-tza Quiroga, de una evolución, por otro lado necesaria; sino a lo sumo de una revisión formal de la política de ruptura con todos desarrollada por Aznar, en el caso de Euskadi con inicio en el abandono del Pacto de Ajuria Enea decidido por Jaime Mayor Oreja. En el desarrollo de aquella fractura política y social y en el despropósito de primar los réditos electorales inmediatos de la misma en el Estado, el PP de Aznar adquirió junto con el poder determinados hábitos y actitudes -si no los tenía ya- de los que sus entonces referentes no han sabido desprenderse y promovió un conglomerado de asociaciones de afectados por la violencia y una amalgama mediática con los que trató de dotar a la derecha española de una cohesión de la que esta carecía desde la transformación del régimen franquista en un sistema democrático. Aquellos hábitos y actitudes, parte del conglomerado de las víctimas y de la amalgama de medios que durante años han jaleado a unos y otras, se revuelven sin embargo ahora que no encuentran acomodo -o respuesta a sus intereses personales- en el Partido Popular de Mariano Rajoy.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
