LOS cazadores han iniciado con mal pie, o con mal tiro, la temporada de la paloma. ¿Será la famosa crisis que asola hasta en los más recónditos lugares y espanta, incluso, a las palomas? Algo raro sucede. El viento palomero se deja notar pero los tiros no se dejan sentir. Puntos emblemáticos vascos de caza de paloma como Etxalar y sus famosas redes, o lugares clásicos como Herrera, Urkiola, Aralar, o zonas de Burgos a donde acuden cazadores vascos, puestos donde los tiradores saludan al día y divisan, en ocasiones, esos bandos tranquilos, alargados, sosegados? Todo eso está faltando en el haber de los cazadores.

Como casi siempre, cuando los cazadores se encuentran en sus puestos, listos, ojo avizor, falta el pase de paloma y, cuando los cazadores se quedan en casa, aburridos por decepciones anteriores, llega un aviso de algún lugar lejano en el sentido de que en tal punto están pasando cientos de palomas, plácidos y hermosos bandos de preciosas zuritas a ras de suelo? por ausencia de escopetas.

Ciertamente, el excelente viento sureño que ha sacudido los montes estos días no ha traído la caza soñada por los tiradores. La verdad es que no ha comenzado la temporada como los cazadores hubieran deseado y en estas circunstancias ni siquiera el bocadillo sabe igual en la montaña. Nunca llueve a gusto de todos. El mundo al revés.

Quizás mi amigo, el excelente cazador Juantxin Sarasketa, sepa algo sobre todas estas eventualidades, esos misterios que rodean al mundo de la caza de la paloma, tortilla incluida. Ya se sabe, no hay mal que por bien no venga. En fin, los cazadores se han visto frustrados en este inicio de la temporada. ¡viento palomero para nada! A ver si se endereza la situación, al menos para comentar entre las amistades los avatares del día, aquella paloma que se escapó en un tris o el fenomenal bocadillo que preparó la esposa. Todo cabe en el zurrón del cazador.