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La clave fiscal es la propia economía

El Consejo Vasco de Finanzas traslada los debates para cuando los datos reales permitan llegar a acuerdos y transmite una expectativa de mejora fiscal que se basa en la reforma pactada pero depende de la evolución de la economía

CONTRA las previsiones de los agoreros, el Consejo Vasco de Finanzas celebrado ayer se desenvolvió sin estridencias ni desencuentros. No faltan elementos de debate -como el impacto por territorios de la actualización de balances de las empresas que llega derivada de la ley estatal o la eventual reforma de la Ley de Aportaciones- pero el sentido común indicaba que debían ser tratados desde el diseño de hojas de ruta hacia el acuerdo y no como nudos insalvables hacia el atasco. Y así fue. El Consejo constató que en 2013 se cumplirán de nuevo las previsiones de recaudación -algo que no se daba en el pasado reciente- y que en 2014 se calcula un incremento de ingresos que haría del año el mejor de la crisis hasta ahora, por encima de los ejercicios entre 2009 y 2013. Son motivos de satisfacción que no deben, sin embargo, hacer perder de vista que el horizonte fiscal de Euskadi está en la evolución de su propia economía. La evolución de los distintos impuestos durante el presente año es indicativa de ello. El sustento de la recaudación -o, al menos, lo que ha permitido el cumplimiento de las previsiones- ha sido el incremento de ingresos derivados de los impuestos indirectos, fundamentalmente el IVA, y la aportación de la actualización de balances de las empresas, que ha sido un factor del que se ha beneficiado Bizkaia, casi en exclusiva. Tanto el Impuesto de Sociedades como el IRPF han tenido una evolución que sigue estando directamente relacionada con el comportamiento de la economía vasca y esta sigue aún pendiente de entrar en la senda del crecimiento sostenido. Sociedades grava los beneficios de las empresas y estos se han visto reducidos sensiblemente -en algunos casos, dramáticamente incluso- con el acumulado de un quinquenio de crisis. Las aportaciones de las rentas del trabajo a través de IRPF, con el balance negativo de la evolución del empleo, han actuado en consecuencia. En definitiva, el pacto de reforma fiscal permitirá que el próximo año la disponibilidad presupuestaria sea superior a los últimos ejercicios, pero la reactivación del crecimiento es el único factor que puede dotar de estabilidad continua a las cuentas vascas. El tono cooperativo que se experimentó ayer entre los diversos agentes institucionales debe trasladarse al reto de la reactivación económica.