hACE cuatro meses y una semana que falleció Iñigo Cabacas tras recibir un pelotazo de goma en la cabeza disparado por un ertzaina en Bilbao. Después de todo este tiempo, las incógnitas son las mismas que entonces, una evidencia de cuál ha sido y es la actitud del Departamento de Interior del Gobierno López en el caso. El fiscal superior del País Vasco mostró ayer su deseo de que la investigación de esta muerte concluya cuanto antes. "No puede quedar en nada porque, al margen del tema penal, está claro que aquí ha habido una muerte indebida, injusta. No sabemos si ha sido fortuita o culpable por parte de algún ertzaina, pero esto tiene que tener consecuencias, al menos en la modificación de los protocolos y de las prácticas de la Ertzaintza", dijo Juan Calparsoro en declaraciones a la agencia Europa Press. Estas palabras del máximo represente del Ministerio Fiscal sacan el caso Cabacas del inexplicable letargo en el que se encuentra. Fuentes de la Policía vasca consultadas por este periódico atribuyen al propio departamento de Ares la dilación en la depuración de responsabilidades. El consejero, de la mano de la dirección de Régimen Jurídico y Servicios, habría trazado una estrategia jurídica cuyo fin último sería evitar que el propio Ares u alguno de sus altos cargos tuvieran que declarar ante la juez antes de las elecciones, por el coste en votos e imagen que podría tener. Estas mismas fuentes critican que las investigaciones no se centren en los agentes que portaron escopetas aquel día y se haya optado por ensanchar todo lo posible el campo de trabajo e investigación. Mientras no se termine la toma de declaraciones a la escala básica de agentes y a testigos no se llamará a declarar a los mandos intermedios ni a los máximos responsables de las órdenes dadas a los agentes aquella noche, que por elevación y responsabilidad serían José Antonio Varela, director de la Ertzaintza, el viceconsejero Miguel Buen y el propio consejero. Esta dilación lima la credibilidad y el prestigio del Cuerpo y exasperando a los agentes implicados en el caso, por no citar el desamparo de la familia del joven. Calparsoro aseguró ayer que ni Ares ni Interior están poniendo obstáculos en la investigación, una opinión de la que discrepan radicalmente muchos profesionales de la Ertzaintza.