Síguenos en redes sociales:

Los déficits de López

El Ejecutivo socialista, tal y como venía advirtiendo el PNV, incumple el objetivo del endeudamiento, que ha duplicado, lo que denota su incapacidad, casi tan grave como el prolongado intento de ocultarlo protagonizado por sus responsables

EL cierre del ejercicio 2011 en la Comunidad Autónoma Vasca con un déficit del 2,56% del Producto Interior Bruto vasco, según datos aportados por el Ministerio de Hacienda que curiosamente el Gobierno López no ha hecho aún públicos en Euskadi, confirma las peores previsiones respecto a las consecuencias de la gestión y las políticas económicas puestas en práctica por el Ejecutivo socialista. El déficit del 2,56%, que responde exactamente a las advertencias realizadas desde el PNV durante las últimas semanas, supone en la práctica duplicar el objetivo previsto del 1,3% y sitúa el déficit incluso siete décimas por encima del de 2010, ejercicio que se cerró con este situado en el 2,49% del PIB, es decir, el Gobierno inició el año con un déficit de 800 millones y lo ha cerrado con más de 1.500. Pero siendo esto grave por cuanto retrata la incapacidad gestora de un Ejecutivo cuyo único horizonte es prolongar una legislatura inane, casi lo es más el prolongado intento de ocultar la realidad del déficit que han protagonizado en los dos últimos meses los responsables económicos del Ejecutivo y su empeño público en mantener planteamientos y planes teóricamente basados en unos presupuestos que el propio gobierno era consciente de que deberían ser retocados ante el ostentoso incumplimiento de las previsiones del déficit sobre las que se habían configurado. Y ello denota una absoluta falta de rigor y una inaceptable carencia de responsabilidad. La realidad del déficit, en cualquier caso, no es sino el resultado de la aplicación mimética de los criterios y las políticas económicos emanadas para todo el Estado desde Madrid -aplicación que al parecer el Ejecutivo López pretende mantener en el futuro inmediato- y que no son precisamente las idóneas para recuperar la senda del crecimiento que Euskadi había mantenido durante los últimas décadas. Sí, por el contrario, son parte de las razones por las que la economía vasca, y en consecuencia la renta de los vascos, pierde posiciones respecto al entorno de la Unión Europea únicamente en virtud de un afán político uniformador que nada tiene que ver con lo que precisa una economía vasca que, pese a todo, sigue mostrando su peculiar impulso. Así lo denota, en contraste con las cifras de la gestión pública, el superávit de casi cuatro mil millones (3.967) de euros con que el comercio exterior vasco cerró el pasado ejercicio, el mejor saldo comercial del siglo XXI y récord histórico en cuanto a exportaciones, al alcanzar estas un valor de más de 21.000 millones de euros. Pretender ignorar estas y otras diferencias esenciales que presenta la economía vasca del mismo modo que se ha venido ignorando el déficit, solo incidirá en el error y agravará la situación en un ejercicio, el de 2012, que se verá afectado además por el frenazo en las economías de Alemania y Francia, nuestros principales clientes.