LOS resultados de la auditoría que sobre la empresa pública Osatek ha realizado la firma Betean -por encargo del propio Gobierno vasco y en cumplimiento del control externo sobre la ejecución presupuestaria y la legalidad de los procesos de contratación a que se deben someter las sociedades públicas- certifica las numerosas informaciones que respecto a la más que dudosa gestión de la misma había venido publicando DEIA y confirma que, al menos durante un ejercicio, Osatek "ha incumplido la normativa legal aplicable en materia de contratación" y lo ha hecho de forma reiterada. Pero siendo dicho incumplimiento grave, por cuanto se ve afectado por irregularidades varias que van desde la adjudicación de licitaciones por el director gerente sin autorización del consejo, la concesión de las mismas a empresas que habían participado en el diseño del objeto a concurso o la adjudicación sin este por encima de los límites de importe máximo que marca la ley, lo es más que todas estas operaciones anómalas supongan nueve de cada diez euros de lo destinado a adjudicaciones durante todo el ejercicio, es decir, que prácticamente todas ellas adolezcan de alguna irregularidad, lo que confirma que no se trata de un actividad puntual sino de un modo de gestionar la res pública carente de la más mínima observancia de la normativa, lo que revela una absoluta falta de respeto por los mecanismos de control y en cuya raíz se encuentra una indolencia moral harto preocupante en cualquier gobierno e institución, pero especialmente en un Ejecutivo que debe hacer frente a tiempos de crisis económica y recortes. Esto último, además, se ve refrendado por el hecho de que las actuaciones irregulares, concentradas bajo la dirección de uno de los tres directores gerentes que se suceden en el plazo de un año al frente de Osatek, han sido respaldadas, continuadas y después justificadas por sus sucesores en la empresa pública. En otras palabras, la indolencia moral que lleva a las irregularidades en la gestión de lo público tampoco se reduce al modo de actuar de un solo responsable... salvo que dicha responsabilidad alcanzase al más alto nivel directivo del Departamento de Sanidad a través de las intrincadas relaciones con las empresas adjudicatarias que en algún caso ya se han denunciado desde estas misma páginas. Convendría, en cualquier caso, que fuese el propio consejero, Rafael Bengoa, quien pusiera todo su interés en aclararlo. Y, en su defecto, que el primer responsable del Gobierno vasco, el propio Patxi López, lo exigiera en cumplimiento de aquellos "bolsillos de cristal" que planteó al inicio de la legislatura. Hacerlo evitaría, además, cualquier sospecha respecto a las dieciocho sociedades y empresas públicas a las que no se han realizado auténticas auditorias que incluyeran los preceptivos informes de legalidad.
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