Recortes, realidad y gobierno
La deriva gubernamental ha llegado al punto de negarse a sí mismo al rechazar rebaja alguna en servicios esenciales que, sin embargo, el ciudadano comprueba a diario y que los propios datos que el Ejecutivo aporta de forma pública confirman
LA sociedad vasca asiste, desconcertada aunque cada vez menos sorprendida, al continuo contraste entre su realidad cotidiana y la interpretación que de la misma se hace desde el Gobierno que preside Patxi López, tanto en el ámbito declarativo como en el de las políticas gubernamentales. Y contempla, ya perpleja y seriamente preocupada ante la inconsistencia de quien debe gestionar los recursos del país, que ni siquiera concuerdan entre sí ambas prácticas. Así, es evidente la discordancia entre abogar por un incremento de la presión fiscal debido a evidentes necesidades presupuestarias que sin embargo no se explicitan y por el contrario negar, cuando dicho incremento se comprueba imposible, que se precisan y preparan recortes en los servicios públicos. Discordancia que se acrecienta cuando todo ello, además, coincide con dispendios publicitarios que incluso en el caso de que pudieran considerarse necesarios no lo son en la magnitud en que se efectúan. La distancia entre la realidad y la deriva del Gobierno ha llegado incluso al punto de negarse a sí mismo al rechazar recorte alguno en servicios esenciales que, sin embargo, el ciudadano soporta a diario y que los propios datos que el Ejecutivo aporta de forma pública confirman. Así, por ejemplo, y sin recurrir a la rebaja del 7% en ayudas sociales que contemplan las cuentas del Ejecutivo para 2012, la lista de espera para someterse a una operación en Osakidetza -17.500 vascos esperaban una intervención el pasado diciembre- ha aumentado en tres mil pacientes en los últimos tres años, es decir, prácticamente un 6% anual desde que los socialistas gestionan la sanidad pública vasca. Y la media de espera ha aumentado una media de dos días y en prácticamente todas las especialidades, pero ha descendido tanto el número de pacientes atendidos en dicha atención especializada (-10.206 ) como el número de pacientes que se desvían a la sanidad privada a través de los diversos conciertos, lo que ha supuesto ahorrar 4,5 millones de euros en 2011 respecto a 2010. Además, el gasto relativo que dedican al Departamento de Sanidad los presupuestos de 2012 ha descendido del 5,1% al 4,9%. Así, por ejemplo, el Departamento de Educación ha suspendido sin previo aviso las subvenciones a alumnos y centros del programa Formación en Centros de Trabajo de Formación Profesional apenas unos meses después de que la consejera Celaá dijera que la FP "es marca de país". Dichas subvenciones alcanzaban a 10.007 alumnos a través de convenios con 6.856 empresas y el pasado año se extendieron a 68 centros de la CAV, pero suponían apenas el 0,00037% de los presupuestos. Y la partida presupuestaria del Departamento de Educación para 2012, cuyo gasto relativo se mantenía en el 3,8%, también se verá reducida en la práctica. ¿Son la sistencia social, la sanidad o la educación servicios sociales? ¿Se han recortado? Es la realidad que niega el gobierno.