EL debate que EAJ/PNV presenta a sus afiliados respecto a la denominación del partido y la alteración no de la siglas que le acompañan desde su fundación en 1895 por Sabino Arana sino de su contenido mediante la posibilidad de trocar el término "nacionalista" en "nacional" es más que una mera cuestión nominal por cuanto se constituye en acicate del contraste de ideas que los jeltzales desarrollan internamente en relación a la realidad inmediata de Euskadi, tal y como se describe en los dos documentos estratégicos (Euskadi Nación Europea y Trabajando el mañana) que se presentarán a la Asamblea General de enero. En realidad, la modificación de los dos primeros artículos dentro de la reforma de los Estatutos Nacionales del Partido, con la propuesta de denominación Euzko Alderdi Jeltzalea-Partido Nacional Vasco; pretendería recoger y acentuar el sentir y los objetivos de una formación política que tiene un proyecto concreto para la nación vasca, un proyecto que sitúa a Euskadi de pleno derecho en el concierto internacional de naciones. No se trata de un debate estrictamente novedoso. Ya en 1995, coincidiendo con el centenario de la creación del partido, el EBB presidido por Xabier Arzalluz inscribió y registró la denominación Partido Nacional Vasco aunque sea ahora cuando se plantee a las bases ante la propuesta de revisión de estatutos y el nuevo horizonte político y siempre teniendo presente que la denominación histórica de Partido Nacionalista Vasco enfatiza el activo de más de un siglo de reivindicación, lucha y liderazgo de la causa de la nación vasca, con notable éxito si se analiza el desarrollo del nacionalismo y de la construcción de Euskadi como nación en los últimos 116 años. El cambio, en cualquier caso y de llegarse a producir, traduciría al nombre en castellano -la denominación en euskera permanecería inalterable- las pretensiones jeltzales para la nación vasca pero también la vocación de liderazgo institucional y social del partido a la hora de encauzarlas y permitiría adecuar la denominación en inglés (Basque National Party) a la de otros partidos de idéntica aspiración respecto a otras naciones. Probablemente, en la propia afiliación jeltzale se conjugarán sentimientos dispares respecto a la conveniencia o no de la modificación nominal, pero en todo caso la lógica controversia sobre ese tan ínfimo en lo sintáctico como emocional y simbólicamente osado cambio alimentará, asimismo, la participación en el verdadero debate que se pretende y que deberá vertebrar a EAJ/PNV -y por tanto al cauce central de la sociedad vasca- en los próximos años. Todo con el único fin de proteger y desarrollar el bienestar de la sociedad como medio para seguir construyendo nación vasca hasta situarla en el lugar de Europa que por historia y capacidades le corresponde.