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Aferrado a un "cambio" sin mayoría

La encuesta de Gizaker que publica DEIA dibuja un nuevo escenario político e institucional en Euskadi con una izquierda abertzale legalizada, que anularía de facto un pacto PSE-PP mayoritariamente rechazado con una Cámara más nacionalista

anadie habrá sorprendido la negativa reacción de Patxi López a la oportuna propuesta del presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, en la que planteaba un adelanto de las elecciones al Parlamento Vasco si finalmente el nuevo partido de la izquierda abertzale, Sortu, es legalizado. El completo sondeo que ha publicado DEIA entre ayer y hoy con los resultados de la encuesta realizada por Gizaker para el GRUPO NOTICIAS contiene la respuesta y las razones de esa resistencia de López a adelantar los comicios aun cuando es plenamente consciente de que la legalización de la izquierda abertzale provocaría un cambio radical en el escenario político vasco. En primer lugar, porque el concurso de Sortu y su presentación como opción política legal en el Parlamento se traduciría en una representación de entre nueve y diez escaños en la Cámara, tal y como refleja el sondeo. Esto, unido al evidente desgaste del PSE y a su paulatina pero constante pérdida de apoyos -quedaría con entre cuatro y cinco escaños menos-, unido a la leve bajada del PP, dibujan un panorama en el que la suma de socialistas y populares no llegaría, ni aun con el concurso de UPyD, a la mayoría con la que ahora cuentan en ausencia de la izquierda abertzale histórica. Es decir, el tan traído y llevado cambio se derrumbaría como un castillo de naipes ante la evidencia de la voluntad popular libre y democráticamente expresada en las urnas. El Parlamento que surja cuando todos los partidos puedan estar presentes en las elecciones tendría tres características fundamentales, según el sondeo de Gizaker. Por un lado, la victoria inapelable del PNV en los tres territorios de la CAV. Por otro, la mayoría nacionalista de la Cámara, que tendría entre 41 y 44 escaños. Y, por último, la clarificación del tradicionalmente segmentado mapa político vasco, ya que tanto Ezker Batua como EA, Hamaikabat y Alternatiba se quedarían sin representación parlamentaria. Pero los motivos de López para evitar un adelanto electoral son más, además del posible arrastre que pueda tener la previsible caída de José Luis Rodríguez Zapatero en el Estado. La encuesta que publicamos corrobora punto por punto los datos del Euskobarómetro en el sentido de que el actual lehendakari es el líder vasco peor valorado de los siete que se presentan a examen, con un rotundo suspenso. A ello hay que añadir que su proyecto político, fundamentado en el pacto PSE-PP que incluso se quiere trasladar a diputaciones y ayuntamientos, es mayoritariamente rechazado por la sociedad vasca: la mitad de la ciudadanía cree que es muy negativo y casi también el 50% de los propios votantes socialistas lo rechaza. Con estos mimbres, López se aferra al poder, incluso aunque se produzca un cambio social y político tan relevante como la legalización de una opción política ahora proscrita.