El miembro del buró político de Hamás Osama Hamda afirmó ayer que la respuesta de Israel a la última propuesta de tregua ha sido “en general negativa”, mientras las conversaciones indirectas continúan en Doha. “La respuesta de la ocupación ha sido en general negativa y no responde a las demandas del pueblo palestino”, afirmó Hamda, representante de Hamás en Líbano, en una rueda de prensa en Beirut, en unas declaraciones difundidas luego en el canal de Telegram del grupo.

Según Hamda, el grupo islamista ha mostrado “positividad y alta flexibilidad” en las negociaciones para canjear rehenes por presos palestinos, un intercambio que en la nueva propuesta de acuerdo se produciría antes de la tregua y no durante.

Los mediadores buscaban una tregua de seis semanas en Ramadán, pero Hamás exigió un alto el fuego permanente y la retirada de las tropas israelíes, algo a lo que Netanyahu se niega en redondo e incluso este fin de semana dio luz verde al plan militar para la ofensiva terrestre en Rafah, en el extremo meridional de la Franja donde viven 1,4 millones de desplazados e Israel asegura que quedan cuatro batallones de Hamás.

“La agresión debe parar de atacar a aquellos que tratan de repartir ayuda y renunciar a su plan de invadir Rafah”, afirmó el representante de Hamás en Líbano, encargado también de las relaciones internacionales del grupo.

Tres etapas

Los esfuerzos de los mediadores nunca se interrumpieron por completo y a finales de la semana pasada Hamás entregó una nueva propuesta con un plan en tres etapas, que acabaría en alto el fuego, una idea que Israel no declinó de plano y permitió retomar las conversaciones.

La primera etapa sería una tregua de seis semanas con que incluiría la liberación de 35 rehenes (mujeres, enfermos y ancianos) a cambio de 350 prisioneros palestinos, un canje que incluiría a cinco mujeres soldado por 50 presos que cumplen largas condenas por terrorismo por cada soldado. Las tropas israelíes se retirarían en esa etapa de dos carreteras principales de Gaza y permitirían que los desplazados vuelvan al norte.

En la segunda fase, las partes declararían un alto el fuego permanente y Hamás liberaría a todos los rehenes vivos restantes a cambio de más prisioneros; mientras que en la tercera fase, los islamistas entregarían los cuerpos de cautivos muertos a cambio de que Israel levante el bloqueo de Gaza y permita la reconstrucción.

Línea roja

Mientras, Benjamín Netanyahu reconoció por primera vez que los preparativos para la anunciada ofensiva terrestre en Rafah, extremo sur de la Franja de Gaza, “tomarán tiempo”, aunque insistió en su intención de llegar hasta allí para “destruir a Hamás” a pesar de las reticencias de EE.UU., que busca otras alternativas. “En su día le dije al presidente Biden que Hamás no podía ser derrotado sin que las Fuerzas de Defensa de Israel entren en la Franja de Gaza. En nuestra última conversación le dije que es imposible completar la victoria sin que las FDI entren en Rafah para eliminar al resto de los batallones de Hamás”, afirmó.

Netanyahu envió un videomensaje a los ciudadanos israelíes para “actualizarles” sobre su conversación de 45 minutos con el presidente estadounidense, Joe Biden, del pasado lunes, en la que abordaron la ofensiva en Rafah, a la que EE.UU. se opone y considera una “línea roja”.

En corto

Víctimas

Cerca de 32.000 muertos. El número de víctimas mortales en la guerra que continúa en la Franja de Gaza, y que ya dura 166 días, ascendió ayer a 31.923, tras 104 muertos en las últimas 24 horas de intentos bombardeos, también contra camiones de ayuda y edificios residenciales, sobre todo, en norte del enclave palestino.

Blinken

Inicia una nueva gira. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, inició ayer en Arabia Saudí una nueva gira por Oriente Medio, que continuará en Egipto. Blinken abordará con las autoridades de estos dos países “los esfuerzos para alcanzar un inmediato alto el fuego”.

Abatidos

Funcionarios de Hamás. Israel confirmó ayer la muerte de cuatro altos funcionarios del Gobierno de Hamás, según fuentes de inteligencia, por “ayudar al ala militar” del grupo islamista, las cuales se suman a al menos otros cinco muertes de agentes de seguridad y funcionarios en la última semana.