La primera cancelación en tres décadas de la única rueda de prensa anual del primer ministro y responsable de la economía china, Li Qiang, en el marco de la reunión del Legislativo esta semana agita la agenda del evento más importante del año en un contexto económico convulso en la potencia asiática.

El portavoz de la Asamblea Nacional Popular (ANP), Lou Qinjian, sorprendió ayer al anunciar que Li, hombre de confianza del presidente del país, Xi Jinping, no ofrecerá la tradicional rueda de prensa anual al cierre de la sesión plenaria del organismo, que se inaugura hoy martes. Li sí atendió a los medios el año pasado, justo después de su nombramiento como primer ministro del gigante asiático, siguiendo una costumbre anual que se remontaba a 1993.

Lou argumentó ayer que Li ya no se someterá a las preguntas de los reporteros porque “ya expuso el año pasado, al asumir el cargo, las principales líneas de su mandato”. El primer ministro presentará hoy el informe de trabajo del Gobierno, que, junto con los informes de planificación y presupuestarios de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y del Ministerio de Hacienda, “darán respuesta a las principales preocupaciones sociales”.

Se desvanece así una de las pocas ocasiones en las que el jefe del Ejecutivo chino responde preguntas de los periodistas, si bien estas están pactadas de antemano, en un momento en que inversores y analistas esperaban más claridad sobre la hoja de ruta económica del país para este año.

Wang Xiangwei, exresponsable del diario hongkones South China Morning Post, explica que la medida ilustra el nuevo papel del Ejecutivo como simple “ejecutor” de las decisiones del Partido Comunista (PCCh). “Es un reflejo del pragmatismo de Li, que está más centrado en la dirección política”, señala.