El Ejército de Estados Unidos llevó en la madrugada del jueves un ataque “de autodefensa” contra una “estación de control terrestre” de drones de los rebeldes yemeníes hutíes en una operación en la que también derribaron una decena de este tipo de objetos, cuando la insurgencia denunció un ataque cerca de la ciudad de Hodeida, en Yemen.

El Mando Central de Estados Unidos indicó que el ataque tuvo lugar sobre las 1.30 horas (hora local), cuando las fuerzas estadounidenses “identificaron la estación de control y los vehículos aéreos no tripulados de ataque unidireccionales en zonas de Yemen controladas por los hutíes y determinaron que representaban una amenaza inminente para los buques mercantes y de la Armada estadounidense en la región”.

“Esta acción protegerá la libertad de navegación y hará que las aguas internacionales sean más seguras” en el marco de las operaciones encaminadas a disminuir la capacidad de los insurgentes de atacar buques en el mar Rojo y el golfo de Aden, señaló el mando central de EE.UU.. 

Horas antes, la Portavocía de temas de seguridad del Ministerio del Interior de los hutíes denunció una “agresión británico-estadounidense” que tenía “como objetivo la zona de Al Jabana, en la ciudad de Hodeida.

El vicepresidente de la Autoridad de Medios de Comunicación de los hutíes, Naser al Din Amer, aseguró que Washington y Londres “pagarán” por sus ataques. Asimismo, reafirmó la intención de la insurgencia yemení de continuar atacando barcos relacionados con Israel, Estados Unidos y Reino Unido en el mar Rojo como muestra de apoyo a los palestinos.

Durante las últimas horas, las tropas estadounidenses han llevado a cabo varias operaciones en la zona, derribando un misil balístico y tres drones iraníes lanzados por la insurgencia yemení hacia el golfo de Adén, y abatiendo un misil tierra-aire “que estaba preparado para ser lanzado” y que “presentaba una amenaza inminente para los aviones estadounidenses”.

Los rebeldes, respaldados por Irán y que controlan la capital yemení, Saná, y otras zonas del norte y el oeste del país desde 2015, han lanzado varios ataques contra buques con algún tipo de conexión con Israel a raíz de la ofensiva militar contra la Franja de Gaza, iniciada tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

Aunque aseguró que garantizan la libre navegación del resto de barcos, la situación ha llevado a diversas compañías -incluidas cuatro de las cinco principales dedicadas a transporte marítimo del mundo- a suspender sus operaciones a través de esta vía marítima, clave para el comercio internacional, o a desviar sus barcos a través de vías mucho más largas que implican rodear el continente africano a través del cabo de Buena Esperanza.