En medio de la guerra declarada al crimen organizado, la tensión por los atentados y disturbios en las cárceles, con más de un centenar de funcionarios penitenciarios como rehenes, y la complicada situación económica ciudadana, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha decidido jugarse una carta impopular: subir el impuesto al valor añadido (IVA) del 12% al 15%.

El “conflicto armado interno”, declarado por la serie de ataques en varias partes del país, atribuidos a bandas del crimen organizado, catalogadas ahora como terroristas, llevó a Noboa a echar mano de algo que dijo que no haría: subir impuestos. La propuesta generó rechazos inmediatos, aunque aún debe ser estudiada por la Asamblea Nacional (Parlamento), donde Noboa logró la aprobación -en menos de dos meses- de dos leyes económicas urgentes, pese a que la bancada oficialista está en minoría.

Aunque en un comunicado el Gobierno anticipó que esta subida no afectará a los productos básicos ni a la vivienda, la salud, la educación ni el transporte, para el presidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), José Villavicencio, el posible incremento del IVA, “es un garrotazo al pueblo, porque lo pagan todos: el que debe subsistir con un dólar al día, al igual que quien tiene grandes fortunas”. “No podemos aceptar, de ninguna manera, que, aprovechándose de lo que está pasando en el país, le quiera dar más impuestos al pueblo ecuatoriano”, dijo al señalar que la propuesta es, incluso contradictoria pues, en la campaña electoral, Noboa ofreció bajar el IVA de la construcción “porque eso generaba más inversión”.

Villavicencio menciona tres alternativas para obtener recursos: cobro a los evasores de impuestos, que cifra en 4.500 millones de dólares, de los que cuales 2.500 son deuda firme, es decir que han superado toda demanda legal, sostiene. Plantea, además, que no se pague la deuda externa en 2024, con lo que “el Estado tendría ingresos de alrededor de 10.000 millones de dólares”, y volver a cobrar el 5% de impuesto a la salida de divisas (ISD), con lo que, según calcula, el Estado lograría unos 1.400 millones de dólares de ingresos. “En vez de seguir golpeando al pueblo ecuatoriano, hay que golpearle a los de arriba, que se han beneficiado de la crisis económica de este país”, acotó.

Siguen los motines

Mientras tanto, la “guerra” declarada por el presidente de Ecuador Daniel Noboa a las bandas del crimen organizado siguió en ciernes por cuarto día consecutivo, con el mandatario decidido a construir dos cárceles modelo Bukele para los líderes de estas mafias que mantienen desde el martes motines en siete cárceles con 175 funcionarios retenidos adentro. En las calles aún persiste el temor a nuevos atentados y actos violentos como los ocurridos el martes que incluyeron el secuestro y asesinato de policías, el estallido e incendio de automóviles y el asalto armado a un canal de televisión en Guayaquil.

Tras la declaración del “conflicto armado interno” y la categorización de las principales bandas criminales del país como grupos terroristas y objetivos militares a ser neutralizados, las patrullas de militares realizan controles a transeúntes y a automóviles en búsqueda de “terroristas”. Bajo ese clima, Noboa presentó unos escuetos planos de las dos cárceles que contempla construir a similitud de las que ya están operativas en México o en El Salvador para combatir las pandillas y las mafias.