El periodista vasco Pablo González, en prisión preventiva en Polonia desde el 28 de febrero acusado de espionaje para Rusia, recibió el lunes por primera vez la visita de su pareja, Oihana Goiriena, que le encontró “muy emocionado” y “más animado” por el encuentro. “Dentro de lo que cabe, está bastante bien. Ha perdido mucho peso, se le ve sano”, señaló ayer en Radio Euskadi Goiriena, quien estuvo con González durante dos horas, en un encuentro que describió como “emocionante” e “intenso”.

La pareja del periodista encarcelado señaló que González “lo lleva mal”, pero que esta primera visita le ha dado fuerzas al considerar que puede ser “un punto de inflexión” en la situación del preso, que en estos meses no ha podido mantener contacto directo con su familia y solo lo ha hecho por carta. Según indicó, parece que “se ha abierto una puerta, una brecha en su incomunicación”, por lo que se encuentra “más animado”.

Goiriena explicó que el periodista es consciente de todo el apoyo que está teniendo en Euskadi, “pero oírlo de mis palabras le ha emocionado”.

Extender la detención

Por otro lado, el tribunal regional polaco de Przemyśdecidirá mañana sobre la situación de Pablo González. Un portavoz del tribunal aseguró que en la audiencia la corte examinará si procede o no extender la prisión preventiva contra el periodista.

La Agencia de Seguridad Interior polaca (ABW por sus siglas en polaco) acusó a González, que tiene doble nacionalidad española y rusa, de desarrollar actividades para los servicios secretos rusos (GRU), por lo que, según la justicia polaca, podría ser condenado a hasta diez años de prisión.