Menos de 24 horas después de la visita a Taiwán de la presidenta del Legislativo de EE.UU., Nancy Pelosi, China inició ayer maniobras militares con fuego real alrededor de la isla, consideradas por Taipéi como un “bloqueo” y una “violación de sus derechos”, y que incluyeron el uso de misiles de largo alcance.

Estas acciones causaron el cierre del espacio marítimo y aéreo en seis zonas alrededor de la isla, una de ellas a unos 20 kilómetros de la costa de Kaohsiung, la principal ciudad del sur de Taiwán.

Las maniobras, que se prolongarán hasta el domingo, incluyeron prácticas de tiro con artillería de largo alcance, con “múltiples tipos de misiles convencionales”, frente a la costa este de Taiwán. Esta “misión”, en la que los proyectiles “dieron en el blanco con precisión”, fue “completada con éxito”, según señaló el Comando del Teatro de Operaciones del Este del Ejército Popular de Liberación (EPL, Ejército chino). Según el portavoz del Comando, Shi Yi, las prácticas tenían como objetivo “poner a prueba la precisión” de los misiles y su “capacidad de exclusión aérea”.

El bloqueo del espacio aéreo y marítimo frente a las costas occidentales de Taiwán cesó ayer por la tarde después de que “las prácticas de artillería acertasen en sus blancos”, explicó Shi, que no especificó si se refería a todas las maniobras anunciadas hasta el domingo o simplemente a las de ayer.

Como consecuencia de estas maniobras, el Gobierno de Japón denunció que cinco de los nueve misiles balísticos lanzados por el Ejército de China cayeron en aguas al suroeste de la isla de Hateruma, en Okinawa, dentro de la Zona Económica Exclusiva nipona.

“Perturba la paz”

El Ministerio taiwanés indicó que las fuerzas del país tuvieron que disparar durante la madrugada del jueves bengalas en dos ocasiones para ahuyentar a un dron militar chino que sobrevolaba las inmediaciones de las islas Kinmen.

Asimismo, la cartera de Defensa de Taiwán aseguró que tuvo “conocimiento instantáneo” del lanzamiento de los misiles gracias a tareas de “reconocimiento y vigilancia”, a la vez que condenaba las acciones por “perturbar la paz en la región”. Las autoridades taiwanesas calificaron estas maniobras militares como “un bloqueo” y una “violación de sus derechos fundamentales”.

Taiwán registró la entrada de 27 aviones militares chinos en su autodefinida Zona de Identificación de Defensa Aérea, contra la cual su Ejército activó una patrulla aérea de combate, emitió advertencias por radio y desplegó sistemas de defensa por misiles para monitorear los aparatos chinos.

En el aeropuerto de Taoyuan (norte), el más importante de la isla, se cancelaron al menos 40 vuelos, afectados por las restricciones al tráfico aéreo.

El Ministerio de Defensa de la isla aseguró que vigila los alrededores de la antigua Formosa en respuesta a “actividades irracionales” del Ejército chino y que, si bien no desea “una escalada” de la situación, “no se echará atrás” en lo que respecta a “la seguridad y soberanía” de Taiwán. Las autoridades locales pidieron a la población que extremaran la precaución. Sin ir más lejos, el Ayuntamiento de la capital, Taipéi, pidió a sus residentes que descargasen una aplicación móvil que muestra los más de 5.000 refugios antiaéreos con los que cuenta la ciudad.

En las últimas décadas, estas islas han sido objetivo de bombardeos por parte de China cuando las tensiones han alcanzado sus niveles más altos. China reclama la soberanía sobre la isla y considera a Taiwán una “provincia rebelde” desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.

Visita polémica

El pasado miércoles la presidenta del Legislativo estadounidense, Nancy Pelosi, realizó un viaje muy breve y no anunciado oficialmente a Taiwán. Pelosi, que se reunió con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, señaló de forma clara que no abandonarán su “compromiso con Taiwán”. Asimismo, Pelosi aprovechó para felicitar a Taiwán por ser “una de las sociedades más libres del mundo y por su éxito al abordar el problema del covid-19”.

La visita de Pelosi desató la ira de Pekín, ya que menos de 24 horas después de la visita de la presidenta del Legislativo estadounidense, el Ejército chino inició maniobras militares con fuego real en zonas alrededor de ese territorio, que incluyeron el cierre de los espacios aéreo y marítimo en varias zonas, algo que Taipéi calificó de “bloqueo”. Además, en la última semana China impuso sanciones comerciales a centenares de productos alimenticios provenientes desde Taiwán, entre ellos los cítricos, varios tipos de pescado y numerosos procesados.

Después de la visita de Pelosi a la isla considerada por Pekín como una “provincia rebelde” de su territorio, el gigante asiático comenzó maniobras militares que incluyeron el lanzamiento de misiles de largo alcance en torno a Taiwán.

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, afirmó tras dichas maniobras que espera que China no genere un contexto hostil por la visita de Pelosi. “Espero que Pekín no busque un pretexto para incrementar su actividad militar”, sentenció Blinken en Nom Pen al principio de su encuentro con representantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

Nancy Pelosi

“Disuasión” sobre Corea del Norte

En Seúl. La presidenta del Congreso de EE.UU., Nancy Pelosi, quien tras su polémica visita a Taiwán sigue con su gira asiática, reafirmó ayer desde Seúl el compromiso con la desnuclearización de Corea del Norte tras reunirse con su homólogo surcoreano, Kim Jin-pyo. Ambos acordaron seguir apoyando “la desnuclearización y la paz a través de la cooperación internacional y los diálogos diplomáticos”, sustentados sobre “una disuasión poderosa y extendida” ante Pionyang. También expresaron “preocupación” porque “el nivel de amenaza de Corea del Norte está aumentando”. Pelosi visita asimismo Panmunjom, fronteriza con Corea del Norte, la zona más militarizada de la península coreana.