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Tres posibilidades motrices

Además del motor BlueHDi y el tricilíndrico a gasolina, ambos de 130 CV, el C4 oferta una variante eléctrica de 136 que declara 350 km de autonomía

Tres posibilidades motrices

No es frecuente que un automóvil despliegue la variedad de tecnologías con la que comparece en el mercado el C4, que debuta ofertando mecánicas diésel, gasolina y también eléctrica. Lo consigue gracias a un diseño específico de plataforma, compatible con diferentes propulsores (otros fabricantes se ven obligados a fabricar expresamente modelos eléctricos). De modo que el turismo medio de Citroën aprovecha tres contrastados bloques del banco de órganos del grupo PSA: gasolina, diésel y eléctrico.

Además del bloque a pilas, saca partido a la satisfactoria variante con 130 CV del 1.2 Pure Tech tricilíndrico de gasolina. Junto a este solvente, relativamente austero y, por tanto, satisfactorio motor, aparece el reputado turbodiésel 1.5 de cuatro cilindros, con idéntica potencia. Ambos se asocian a transmisión automática de ocho relaciones, si bien el de gasolina puede optar también a caja manual de seis marchas. A lo largo de este año se integrarán en el catálogo otras dos declinaciones del Pure Tech 1.2, con 100 y 155 CV, así como un BlueHDi de 110 CV.

Buena parte del protagonismo de este estreno recae en la minoritaria derivada con impulsión eléctrica, que se comercializa con la denominación ë-C4. Apenas presenta diferencias de aspecto, más allá de la supresión de la salida escape y la inclusión de la entrada de electricidad. El primer testimonio de su naturaleza queda patente por el sigilo con el que se pone en funcionamiento. Su motor de 100 kW, equivalentes a 136 CV, lo empuja con más tesón que ímpetu, sosiego que no invita a explorar sus posibilidades dinámicas.

Hacerlo impediría acercarse a esos 350 km de autonomía ideal que promete el fabricante con la batería de 50 kWh a plena carga. Reponer el contenido de la misma comporta media hora de conexión a una fuente rápida de corriente de 100 kW y más de un día en un enchufe doméstico; con el cargador monofásico de 7,4 kW que suministra el vehículo, hay que esperar siete horas y media. La operación se puede gestionar a través de una aplicación en el smartphone o la tableta.

El ë-C4 es uno de esos productos eléctricos que no propician una conducción precisamente emocional. No obstante, quien sepa adaptarse al cambio acabará disfrutando de otro modo: a falta de intensas sensaciones dinámicas, el reto de adecuar el manejo para intentar extender la autonomía llega a resultar entretenido y gratificante. El modelo prescinde de selector de marchas, sustituido por una botonera con pulsadores para avanzar, retroceder, parar y regenerar energía. Dispone, además, de un selector de modos de marcha (Normal, Sport y Eco) que modifica la respuesta del motor.