Nicolas Batum taponó en el último segundo el intento de bandeja de Klemen Prepelic y mandó a Eslovenia y a Luka Doncic a la lucha por el bronce del baloncesto masculino. Es el primer partido que pierde la estrella de los Dallas Mavericks con su selección (90-89) y fue a ocurrir cuando estuvo muy cerca de asegurar una medalla. Pero tendrá que ser de bronce si es capaz de superar a Australia, que cedió ante Estados Unidos tras un partido en el que los americanos calcaron el guion de los dos anteriores ante República Checa y España: quince minutos por detrás en el marcador, cinco entregados a la clase infinita de Kevin Durant para llegar al descanso en igualdad y un acelerador a fondo en los dos lados de la cancha en el tercer cuarto para abrir brecha y rematar la faena en el último sin gastar demasiado (97-78). Francia, en su tercera final olímpica, será el rival de Estados Unidos por el oro en una revancha del primer partido del torneo en el que se impusieron los galos. Los jugadores de Gregg Popovich han mejorado con el paso de los partidos, pero los galos se están mostrando muy compactos y más resolutivos que nunca.

Australia soñó durante quince minutos tras los que ganaba por 26-41, con buen movimiento de balón y acierto en los tiros. Pero Estados Unidos se aplicó como otras veces y su defensa apagó las luces a los oceánicos en el tercer cuarto que acabó con un parcial de 32-10 para el favorito. A Durant se unió Devin Booker y el partido perdió toda su emoción para el último cuarto en el que Australia trató de guardar fuerzas para intentar pescar mañana su primera medalla en un torneo internacional fuera de su continente.

En la segunda semifinal, el tapón de Batum selló un partido excelente en el que Francia terminó por imponer su mayor presencia física y no solo en esa jugada decisiva del jugador de Los Angeles Clippers. El planteamiento francés trató de incomodar todo lo posible a Doncic y lo consiguió, pese a que acabó con un triple-doble de 16 puntos, 10 rebotes y 18 asistencias. Pero la estrella eslovena tuvo malos porcentajes de tiro (5 de 18) y, en los últimos minutos, seguramente por falta de frescura rehuyó algunos lanzamientos claros para alimentar a sus compañeros en una reacción final a la que le sobró la mano de Batum, el pegamento de un equipo que está sabiendo mezcla el físico de Gobert, Fall, Yabusele o Luwawu-Cabarrot con la calidad ofensiva de De Colo o Fournier, decisivos con 48 puntos entre los dos

como en Sydney 2000

Cosas de las obligaciones televisivas, la final se jugará antes (4.30 horas) de la lucha por el bronce (13.00 horas). Francia volverá a jugarse el oro ante Estados Unidos como en Sydney 2000 cuando el resultado fue de 85-75 para aquella selección americana que tenía tanta calidad como soberbia y malos modales. Para Luka Doncic, el hombre en una misión, quedará como mucho el bronce, que en todo caso sería la primera medalla olímpica en la historia de Eslovenia. Justo lo mismo que busca Australia, derrotada hace 21 años por Lituania, con una generación que también puede estar agotando sus días en el panorama internacional.