La cresta de Hamsik en Eslovaquia, icono de un equipo combativo

Eslovaquia apareció en el mapa futbolístico internacional cuando se clasificó para el Mundial de Sudáfrica 2010 y por ahí asomó la cresta de Marek Hamsik, su futbolista más icónico, entonces rebosante de vitalidad y capitán de un equipo muy combativo, que llegó hasta los octavos de final. Ahora, en cambio, el ex del Nápoles, que ha jugado esta temporada en el Goteborg y jugará la próxima en el Trabzonspor turco, llega a las cita continental con 33 años, un tanto baqueteado y con problemas físicos.

Eslovaquia tuvo también otro momento de éxito en su primera aparición en una Eurocopa, hace cinco años en Francia, al pasar a octavos como tercera del grupo B tras Gales e Inglaterra. Entonces se cruzó Alemania y ahí se acabó la historia (3-0).

Tras quedarse fuera del Mundial de Rusia 2018, alcanzó su clasificación a través de la ruta B de la repesca, al superar a Irlanda en la tanda penaltis de la mano de Stefan Tarkovic.

Además del líder Marek Hamsik, destaca Milan Skriniar, defensa del Inter, y Tomas Suslov, un joven a quien se le intuye gran futuro.