Considerada la primera ingeniería del Estado, a lo largo de su trayectoria hay fechas claves que recuerdan algunos de los grandes hitos de la compañía. Una de ellas es el año 1966, cuando SENER se introdujo en el sector espacial con el lanzamiento del primer cohete desde Kiruna. A ese proyecto se le han ido sumando otros muchos a lo largo de los años, llevando a la organización a superarse continuamente y a afrontar nuevos retos, los cuales le permiten hablar hoy de más de 80 familias de patentes en su haber.

Llegar a ser un referente en innovación, ¿ha supuesto mucho esfuerzo a la compañía?

SENER invierte cada año muchísimos recursos propios en innovar. Tanto el capital como el tiempo invertido en innovación es elevadísimo, y no sólo con el fin de fomentar los proyectos en sí, sino también la cultura de innovación. Para ello, ponemos en marcha distintas iniciativas internas, de tal forma que proyectamos la innovación dentro del equipo humano, lo que es muy importante para que surjan nuevas ideas. Algunas de estas iniciativas internas son los Premios a la Innovación que damos cada año o la celebración del Foro de la Innovación, de carácter bianual.

¿La multidisciplinariedad es uno de los rasgos característicos de SENER?

Creo que el hecho de trabajar en ámbitos muy distintos con ingenieros de especialidades diversas es un efecto muy importante y diferencial para la innovación. Con ello, conseguimos lo que en SENER llamamos polinización cruzada, que supone la aplicación de unas tecnologías propias de un sector en otros. Es una práctica habitual, y como ejemplo tenemos la aplicación de tecnología de espacio en las plantas termosolares o en el proyecto del césped del Bernabéu, la aplicación de tecnologías del área de energía en infraestructuras, tecnologías de aerodinámica en el mundo ferroviario o aplicaciones de hidrógeno en movilidad, entre otros.

¿Cuáles son las líneas de actuación sobre las que SENER establece la estrategia de los próximos años?

Nosotros las llamamos Tesis de Innovación, que vienen marcadas por dos grandes pilares transversales, la sostenibilidad y la digitalización. A partir de ahí, tenemos establecidos diez vectores en los que vamos a invertir nuestros recursos de innovación en los próximos años como son el hidrógeno, eólica marina, economía circular, hibridaciones, gestionabilidad, soluciones digitales, smart cities, smart mobility, agua y salud.

Está claro que el mundo de la innovación no tiene límites.

Así es, es infinito y por eso es importante priorizar en unos ámbitos concretos, ya que, si no, te puedes llegar a perder.

Ha señalado la sostenibilidad como uno de los pilares transversales de SENER. ¿Qué aportaciones puede realizar la compañía hacia la sostenibilidad?

A día de hoy no creo que podamos hablar de ninguna innovación que no esté asociada a la sostenibilidad. En la actualidad, se aplica a todos los ámbitos de la sociedad, y en el caso de SENER, la sostenibilidad se encuentra en todas sus áreas de negocio. Por un lado, todo lo que hace referencia a energía y sostenibilidad está viviendo un gran momento tecnológico y como ingeniero que soy, considero que estamos ante un momento apasionante. Pero la sostenibilidad afecta tanto a lo medioambiental como a lo social y económico y ello, supone un cambio a la hora de abordar los proyectos.

¿Estamos, por tanto, ante un escenario muy cambiante?

Efectivamente, en este escenario que nos está tocando vivir es cada vez más necesario la capacidad de reinvención y adaptación de las empresas del sector.

Hábleme de proyectos concretos de SENER que tienen como finalidad la sostenibilidad.

Uno de ellos es el proyecto Respira, que aplica Inteligencia Artificial, y que si bien nació con el objetivo de optimizar la calidad del aire de la red de metro de Barcelona, actualmente se está aplicando en otros espacios como aeropuertos, centros comerciales y oficinas. Un segundo proyecto de SENER hacia la sostenibilidad es EMS - Energy Management System, plataformas de gestión eficiente de la energía.

La innovación está abriendo alternativas a energías renovables como el hidrógeno o la eólica marina. ¿Cuál es el grado de implicación de SENER en proyectos de está índole?

El hidrógeno puede suponer un punto de inflexión en la descarbonización de determinados sectores como el energético, el transporte y las industrias de gran consumo, ofreciendo alternativas limpias. Respecto a proyectos en los que estamos inmersos en relación con el hidrógeno, participamos activamente en la primera planta de producción de hidrógeno de Repsol, en Bizkaia, además de en otras iniciativas como el Corredor Vasco del Hidrógeno o la Alianza Europea por el Hidrógeno Limpio.

¿Va a ser el hidrógeno la energía del futuro?

A corto plazo el hidrógeno no va a ser el sustituto de otras energías, aunque es cierto que las predicciones hablan de un aumento de la demanda mundial a medio plazo, pero todavía hay mucha incertidumbre.

¿En qué medida el hecho de que SENER sea una empresa volcada con la innovación y la sostenibilidad es atractivo para el País Vasco?

El País Vasco tiene una industria muy potente. Toda la cadena de valor tiene una gran representación con centros tecnológicos, pymes, startups y empresas tractoras de todo tipo. La sostenibilidad está hoy muy asociada a este tipo de industrias, por lo que en el País Vasco hay muchísimo por hacer.

¿Qué puede hacer SENER para mejorar la situación?

El campo de actuación es muy amplio. Actualmente estamos impulsando muchos proyectos de sostenibilidad pero además mantenemos relación con gran parte de la cadena de valor como la universidad, centros tecnológicos, pymes... Jugamos un doble papel, por un lado podemos ayudar como socio aportando soluciones innovadoras para mejorar la sostenibilidad, y por otro, ofrecer soluciones concretas a los clientes que pueden ir desde la descarbonización, la economía circular, optimización de los consumos energéticos...

Hay sectores en los que todavía queda mucho por hacer. ¿Cómo les animaría a tomar soluciones?

Yo les animaría y les diría que no tengan miedo a adoptar medidas relacionadas con la digitalización y la sostenibilidad. No es cuestión de cambiar la manera de actuar de la noche a la mañana pero sí de empezar a dar pasos al respecto, ya que hay mucho margen de mejora. En ello podemos ayudarles desde SENER, al disponer de soluciones completas o parciales.

¿Cómo de importante se ha vuelto para SENER desarrollar soluciones de forma colaborativa con otros actores clave del mercado?

Hoy en día la colaboración con terceros resulta obligatoria. Hace años, empresas como SENER contaban con personal con conocimiento en todos los ámbitos, ingeniería, tecnología... De hecho, había una frase en la compañía que decía que ante cualquier duda técnica o tecnológica en SENER siempre había alguien que te la podía solucionar. Ahora, las cosas han cambiado mucho, ya que la tecnología avanza a tal velocidad que es imposible contar con personal que sepa de todo, lo cual nos remite a tener que salir a buscar fuera y colaborar con terceros. Eso sí, se trata de una búsqueda que nos lleva a universidades y centros tecnológicos, donde reside el conocimiento tecnológico más completo, pero también a startups y empresas. En estos momentos, la tecnología está tanto dentro como fuera de SENER.

¿La colaboración con terceros supone ampliar el conocimiento de SENER?

Si, claro, puedes estar perdiéndote tecnologías que tú no manejas y que realmente te pueden servir para aplicarlas en la solución de problemas. Por tanto, recalco que, colaborar con terceros es obligatorio.

¿Hay apoyo de las administraciones públicas para innovar?

Considero que el apoyo ha mejorado con el tiempo. Creo que se han dado cuenta de que la mejor manera de innovar es impulsando proyectos concretos que se puedan convertir en realidad para transformar la sociedad. Históricamente la inversión pública se centraba más en I+D, Investigación y Desarrollo, que si bien resulta muy importante, lo que realmente importa es su aplicación a la hora de resolver problemas concretos. Las administraciones, al parecer, son conscientes de que es en este último paso, donde SENER desarrolla su actividad, donde verdaderamente hay que invertir .

A nivel legislativo, ¿cómo está la situación?

Sería deseable una mayor agilidad y claridad legislativa. La tecnología va muy rápida pero las leyes van siempre por detrás, lo que hace que muchos proyectos se ralenticen debido a la cantidad de tiempo que se emplea en obtener permisos.

Los dos últimos años la pandemia ha puesto a prueba la capacidad innovadora de las empresas y de la sociedad. ¿Qué valoración hace de lo ocurrido?

Dejando a un lado todo lo malo que ha supuesto, la pandemia ha quitado el miedo a las empresas a atreverse, por ejemplo, con la digitalización. Es la parte positiva de la crisis sanitaria con la que me quedo.