El Consejo Económico y Social Vasco (CES) ha afirmado que los fondos europeos del Mecanismos de Recuperación y Resiliencia, Next Generation, son "clave" para coadyuvar a una recuperación fundamentada en el "progreso y no solo de crecimiento del PIB". No obstante, ha advertido de la necesidad de que estos sean "bien dirigidos y eficientemente gestionados".

La presidenta del CES, Emilia Málaga, junto a Jon Barrutia, han presentado este lunes en Bilbao la memoria socioeconómica de 2020 que analiza los datos económicos, laborales y sociales de Euskadi en un "periodo excepcional" fruto de una pandemia" que ha condicionado "de principio a fin" todo el informe.

El CES ha advertido así de la "incertidumbre" respecto al futuro que generan la evolución de la covid-19, la retirada de las ayudas públicas, la inflación o el impacto que tendrán en la economía los fondos europeos.

En este sentido, considera que los fondos europeos Next Generation son "claves para coadyuvar a una recuperación en clave de progreso, y no sólo de crecimiento del PIB". Asimismo, se muestran "esperanzados" con estos fondos, pero advierten de que deben "estar bien dirigidos y eficaz y eficientemente gestionados".

En su Memoria, el CES alerta también del impacto demográfico "excepcional" provocado por la pandemia en 2020, con unas cifras de defunciones que elevan a más de 3.000 los fallecidos por la covid-19 en Euskadi, el 12,5% del total.

Asimismo, subraya que Euskadi no tiene "capacidad endógena de crecimiento vegetativo". De este modo, el CES indica que los saldos migratorios positivos compensaron el crecimiento natural negativo, aunque alerta sobre el "enorme desafío demográfico" que afronta Euskadi, "por lo que resulta imprescindible un modelo demográfico y migratorio general que permita orientar las políticas públicas de manera transversal y coordinada".

SITUACION ECONOMICA

Respecto a la situación económica, el CES detalla el descenso del PIB hasta el 9,5% en Euskadi, "por encima de la media europea y por debajo de la media estatal", con una pérdida de industrias entre febrero y diciembre de 1.371 empresas. En términos interanuales, la disminución fue más intensa en el Estado (-3,3%) que en Euskadi (-2,4%).

Los sectores más afectados fueron servicios (hostelería) y metalurgia, mientras que en el caso de logística y distribución han "crecido y demostrado fortaleza". "Estamos preparados para responder como economía en determinados ámbitos a la digitalización", ha valorado Barrutia.

En cuanto a la demanda, tanto la interna como la externa, fueron negativas en su aportación al crecimiento del PIB. La pandemia provocó comportamientos contrapuestos en la demanda, con una caída del consumo privado y un aumento del consumo público, y otro tanto en la oferta, con un descenso de los servicios de mercado y una subida de los servicios de no mercado, con incrementos anuales positivos todo el año en Administración pública, Educación, Sanidad y Servicios Sociales.

El CES cree así que los datos reflejan que Euskadi "cuenta con músculo para la recuperación", pese a que se es "altamente dependiente en el ámbito energético", con cifras "muy por encima de la media española y europea. De este modo, muestran su preocupación por la "elevada dependencia energética exterior de la comunidad autónoma y la reducida producción en base a energías renovables".

MERCADO DE TRABAJO

Por otro lado, y pese a la pérdida de empleo producida en 2020 en la Comunidad, el CES ha destacado que se ha dado "mucha menos destrucción de empleo que la que correspondería a la pérdida del PIB producida", gracias a la intervención pública.

El CES ha valorado así que la implantación de los ERTE, "gracias a un apoyo público sin precedentes", haya mitigado la pérdida de empleos. Respecto al desempleado tipo durante 2020, fue un varón dedicado al sector servicios, hostelería, o metalurgia.

Asimismo, alertan de las políticas activas de empleo en los jóvenes deben dar respuesta a sus necesidades y de la importancia de que se evalúen los programas de empleo para mejorar su eficacia. Además, se debe dar una "atención preferente" a las personas afectadas por el paro de larga duración.

Respecto al Sistema de Protección Social, se destaca que mantuvo su cobertura, y se está en "posiciones punteras a nivel europeo". Además, el CES valora que se cuente con una pobreza "más baja que la media europea y estatal", pese a que se ha producido un incremento de la desigualdad.

Por otra parte, considera necesario "un análisis de la incidencia de la epidemia en función de la vulnerabilidad social", de cara a eventualidades futuras. El Consejo Económiso y Social entiende que es fundamental debatir sobre la "sostenibilidad y equidad" del sistema de protección social, "con la adaptación a las nuevas realidades y crecientes necesidades derivadas de la pandemia".

Además, muestra su preocupación y considera que 2020 ha puesto, "aún en mayor evidencia, la necesaria mejora del sistema de protección social que pasa por garantizar su sostenibilidad y adaptar sus prestaciones a las nuevas realidades y a las crecientes necesidades que la pandemia ha venido a sumar a los retos ya asumidos por nuestra sociedad".

En referencia al ámbito sanitario, el CES reconoce que la pandemia tensionó al máximo el sistema sanitario vasco, aunque se fue "capaz de responder razonablemente ante una situación extrema".

Por último, pide evaluar las respuestas y señalar los obstáculos "a fin de estar preparados ante una eventual situación similar en el futuro" y señala la necesidad de vigilar dos cuestiones directamente relacionadas con la covid-19: la salud mental de la población (fatiga pandémica) y la adecuada atención a las personas con covid persistente.