sestao- Santurtziarra con 37 años a sus espaldas como trabajador del astillero, José Pedro González (UGT) preside el comité de empresa de La Naval. Pese a la sucesión de noticias negativas, los últimos contactos con los gobiernos vasco y español han insuflado algo de esperanza a la plantilla de cara a lograr un acuerdo para terminar la draga de Van Oord.
La liquidación ha precipitado los acontecimientos y el cierre amenaza a la vuelta de la esquina. ¿Cómo están los ánimos?
-La esperanza es lo último que podemos perder. Las noticias no son buenas, vamos de obstáculo en obstáculo. El administrador concursal ha dicho que solo queda dinero para las nóminas de este mes y la cosa no pinta nada bien, pero vamos a ver si entre todos somos capaces de jugar bien el último balón antes de que termine el partido.
Hace falta que Van Oord quiera jugar también ese último balón.
-Van Oord no es la solución definitiva a los problemas del astillero, pero es un parche para ganar tiempo. Luego habría que buscar entre todos un inversor con un plan de futuro. Digo entre todos, es decir, trabajadores, administrador, instituciones, partidos políticos... partiendo de que ese inversor tiene que venir acompañado de las administraciones públicas. Pero, insisto, eso llegará después. Primero es Van Oord. Sin Van Oord estamos muertos. Si no empezamos a construir ya esa draga en 20, 30 o como mucho 45 días esto está cerrado.
En la última reunión el armador holandés planteó volver a reunirse en dos semanas. Puede ser demasiado tarde para evitar el despido de la plantilla.
-Ya le dijimos al Ministerio de Industria que no tenemos tiempo. Tanto el Gobierno español como el vasco son conscientes de cuál es la situación. Esta semana que viene va a haber reuniones entre el administrador concursal y los gobiernos español y vasco para marcar una estrategia conjunta para ir a hablar con Van Oord.
¿Pero qué se le puede ofrecer al armador a estas alturas?
-Van Oord quiere un inversor de futuro, pero es que no hay tiempo. Los inversores no aparecen debajo de las piedras así como así. A ver si entre los dos gobiernos son capaces de darle esas garantías que pide para que el barco se pueda realizar.
Pero la administración ya ha dicho que no va a poner dinero público mientras no se salga del concurso de acreedores. ¿Cómo van a convencer a Van oord?
-No lo sabemos. Lo que tengan que hacer el Gobierno vasco y el Gobierno central que lo hagan pero que lo hagan rápido. Si dentro de dos semanas hay un acuerdo con Van Oord yo creo que habría margen suficiente para que el administrador vea que hay continuidad y no extinga los contratos. Si se extinguen los contratos de los trabajadores automáticamente esto se cierra.
¿Confía en Van Oord?
-Ellos dicen que quieren hacer aquí la draga. No les corre prisa, pero quieren hacerla aquí. Tienen en juego mucho dinero en este astillero. La draga ahora es de los bancos, pero tiene aquí equipos que están valorados en unos 30 millones de euros.
¿Por qué se rompió el acuerdo con la banca? ¿Qué llevó a Van Oord a activar los avales?
-La banca enredó mucho. Que si te pago, ahora no te pago... Legalmente los 42 millones eran de él. Entiendo que él igual se ha podido sentir un poco manejado por la banca pero al final entre todos conseguimos que cobrara. Hay que decir que él nos dijo al comité y a los sindicatos que si colaborábamos para que lograra esos 42 millones terminaría la draga en Sestao. Queremos que cumpla ese compromiso. Van Oord tiene un compromiso moral con los trabajadores de La Naval porque nosotros también ayudamos a que él cobrara los avales. Hemos estado quietos y sin hacer ruido para que él hiciera aquí la draga.
Ahora el esqueleto de la draga es de los bancos, que tendrían que vendérselo a Van Oord.
-No creo que haya ningún problema. Eso estaba ya todo avanzado.
¿Qué sensación les dio el Gobierno de Pedro Sánchez en la reunión de ayer (por el jueves)?
-Nos han dicho ya por activa y por pasiva que el rescate público no puede ser. Nos podemos enrocar y seguir dándonos cabezazos contra la pared, pero ya nos han dicho que eso es imposible. Sabemos que las instituciones están preocupadas y se han comprometido a buscar una solución dentro de la legalidad. Lo ha dicho también el lehendakari, que están dispuestos a aportar capital pero siempre y cuando no nos saltemos la ley comunitaria. En estos momentos hay que hilar muy fino porque Europa nos tiene en el punto de mira. Ya vimos lo que pasó con el tax lease.
El Gobierno vasco podría entrar como socio junto a un inversor principal, pero solo cuando se salga de la quiebra.
-Ellos están preocupados y están interesados en que esto salga adelante. Ya han dicho que, cuando estemos fuera del concurso y haya un inversor pueden llegar hasta el 49% del capital, pero no más. Siempre que el inversor quiera, claro. Ya ocurrió que Patxi López quiso meter 5 millones de euros y los accionistas dijeron que no. Igual ahora estaríamos en otra situación.
¿Se contemplan otras opciones como trasladar carga de trabajo desde astilleros estatales?
-Podría ser una opción, pero es que no hay tiempo. De la noche a la mañana no se pueden traer aquí proyectos. Tenemos el agua al cuello.
Supongamos que se llega a un acuerdo con Van Oord a tiempo. Luego habría que buscar un inversor...
-No podemos dormirnos. A lo tonto llevamos ya un año en concurso. Para un futuro inversor sería más atractivo ver que estamos trabajando en la draga, no ver esto como está ahora que da pena verlo. Sabemos que hay gente interesada que ha venido a ver el astillero pero al comité no nos han dicho nombres. Eso sí, nosotros queremos que el que venga lo haga para construir barcos. Insisto, lo primero vamos a salvar esta primera piedra y luego ya hablaremos del futuro. Primero arrancar con Van Oord y luego ya hablaremos de inversores.
Piden que la movilización del miércoles sea multitudinaria. Estamos ante un astillero histórico y un emblema de Ezkerraldea.
-No olvidamos a la industria auxiliar. Es un activo muy importante que depende de que aquí haya actividad. Son más de 2.000 puestos de trabajo indirectos. Por eso el miércoles nos vamos a volcar y queremos que sea una manifestación masiva. El tiempo se nos acaba y tenemos que tirar entre todos para salvar el astillero.