Barakaldo - Osalan hizo ayer un balance de sus 25 años de andadura, que se cumplen en este 2018, y expuso las líneas principales de actuación para prevenir accidentes y enfermedades laborales. Entre ellas sobresalen algunas preocupaciones que ya estaban presentes en los últimos años, como el amianto, y aparecen otras nuevas como el aumento de los casos de cáncer en mujeres que trabajan a turnos. Estudios internacionales han detectado que la exposición a sustancias y radiaciones cancerígenas durante la noche eleva el riesgo de desarrollar cáncer de mama, explicaron los técnicos de Osalan.
La consejera de Trabajo, María Jesús San José, remarcó en la sede del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral en Barakaldo que desde que este organismo echó a andar en el año 1993 los accidentes de trabajo han bajado un 22%. El año pasado se produjeron en la CAV 33.500 siniestros, la mayoría leves, por debajo de los 42.000 al año que se registraban en la década de los 90 o del pico de 55.000 del año 2000.
También hay un descenso de los accidentes mortales. Si en la primera etapa desde su creación Osalan contaba en torno a 90 fallecimientos en el puesto de trabajo, el año pasado la cifra fue de 32, lo que supone una reducción también respecto a 2016, cuando murieron 40 personas. Las cifras totales de siniestralidad, en cambio, crecieron el pasado ejercicio un 6,6%. Un incremento que el director de Osalan, Alberto Alonso, relacionó entre otras causas con la mejoría de la actividad económica y el mayor número de personas en activo.
“Para que el empleo se pueda considerar de calidad, una de las condiciones fundamentales es que sea seguro”, emplazó la consejera San José, que recordó que, si bien la responsabilidad de velar por la seguridad es del empresario, hace falta también la colaboración institucional y de los sindicatos del centro de trabajo para “asentar la cultura” de la prevención.
Bajando a las causas de los accidentes, Alonso recordó que “el primer mes de trabajo es crítico” ya que el 15% de los siniestros los sufren personas que no llevan ni 30 días en su puesto. Prácticamente uno de cada tres accidentes se concentran en trabajadores que llevan menos de un año en esa ocupación, de forma que la temporalidad y la elevada rotación a causa de la brevedad de los contratos es, junto a la subcontratación, uno de los principales factores de riesgo.
amianto Por otro lado, mejora la detección de enfermedades laborales, con un 15% más en los registros que en 2016. Entre el centenar de actuaciones de Osalan dirigidas a prevenir accidentes y enfermedades, Alonso destacó algunas de las más significativas. Una, ya conocida, es la que tiene al amianto en el punto de mira, que el año pasado se tradujo en la incorporación de 900 trabajadores, la mayoría jubilados, a la lista de personas que han estado en contacto con este mineral cancerígeno.
Como novedad que ha encendido las alarmas más recientemente, Alonso explicó que se ha abierto una línea de trabajo ante la sospecha, que cuenta con el respaldo de distintos estudios, de que trabajar a turnos y por la noche puede elevar el riesgo de cáncer. Los técnicos de Osalan explicaron que en horarios nocturnos el ritmo del cuerpo es distinto y se observa que el impacto por ejemplo de los rayos x de las radiografías puede ser mayor. Eso hace que las enfermeras que trabajan de noche puedan tener una probabilidad mayor de desarrollar un cáncer de mama, por lo que se va a estrechar la vigilancia sobre este tipo de colectivos.
Además hay campañas de control en empresas que utilizan formaldehído, como fundiciones o tintorerías. Se trata de un compuesto tóxico que se usa como desinfectante industrial o en determinados tintes.