bilbao - Los nuevos dueños de Sidenor, encabezados por José Antonio Jainaga, quieren mantener la actividad en Euskadi y asegurar la competitividad de las plantas del grupo. Tras comprar a la brasileña Gerdau el capital de la compañía, los hasta entonces solo directivos de Sidenor, ahora también propietarios, tienen previsto realizar importantes inversiones tanto a nivel de mantenimiento, unos 15 millones al año, como enfocadas al área de laminación y acabados de Basauri. A la fábrica vizcaina, la estrella del grupo, se destinarán entre 80 y 90 millones que convertirán a la acería en “la más competitiva de Europa”, según Jainaga.

El consejero delegado de Sidenor, que encabeza el grupo de siete directivos vascos que ha comprado la compañía a la multinacional Gerdau, lanzó ayer un mensaje de tranquilidad respecto al futuro de la actividad y del empleo. La de ayer fue la primera comparecencia pública de Jainaga tras cerrar la operación de compra. Durante más de una hora respondió con detalle a las preguntas de los periodistas en un esfuerzo por aclarar todas las dudas surgidas desde que, hace un año, Gerdau decidiese poner a la venta sus plantas en el Estado español. La delicada situación del mercado del acero también ha alimentado la incertidumbre.

Sin embargo, Jainaga habló con claridad y optimismo sobre los nuevos accionistas. “Todos vivimos en Euskadi y queremos seguir aquí”, afirmó. “Apostamos por la continuidad de la empresa y por seguir siendo un referente en el mercado de aceros especiales”, dijo el consejero delegado, que mostró confianza en el futuro a pesar de los nubarrones que se ciernen sobre el sector, como los bajos precios de la chatarra o la caída de la actividad de oil&gas.

Tras un 2015 “muy complicado”, Sidenor espera cerrar 2016 con una facturación de 640 millones en un ejercicio “nada espectacular” pero que sí permitirá un repunte del Ebitda -resultado antes de impuestos- con una situación financiera saneada. “En 2017 esperamos que las cosas vayan mejor aunque hay incertidumbres. Dependerá también de qué condiciones seamos capaces de cerrar con los sindicatos en la negociación del nuevo convenio”, señaló Jainaga, y pidió a los sindicatos que sean “colaboradores y razonables” respecto a sus peticiones en las negociaciones del nuevo convenio que se abrirán en enero. Aunque la dirección no va a plantear “ninguna salvajada” en la mesa de negociación, sí se avanzó que mantener los costes, junto a la evolución de los precios en el mercado, es una de las cuestiones clave para garantizar la viabilidad.

Por otro lado, Jainaga lanzó un mensaje tranquilizador para la plantilla ya que no hay a la vista medidas traumáticas, con lo que el volumen de empleo se mantendrá en torno a 2.300 trabajadores sumando todas las plantas del Estado -las más importantes son las de Basauri, con cerca de un millar de empleados, Gasteiz, Azkoitia y Reinosa-. Pero sí se va a activar un ERE temporal que afectará a la producción de barras laminadas gruesas y que dejará en suspensión a entre 120 y 150 trabajadores de Azkoitia o de Reinosa. La idea es concentrar toda la producción de barras gruesas en una de las dos plantas y parar la actividad en la otra, si bien aun no está decidido cómo se hará el reparto. Además, se mantendrán los planes de prejubilaciones y contratos de relevo.

“ni chantaje ni nada” En materia de inversiones, los nuevos propietarios tienen intención de acometer una inversión de entre 80 y 90 millones de euros en el área de laminación y acabados de su planta de Basauri para asegurar su liderazgo competitivo a nivel europeo. La decisión final al respecto se tomará a comienzos del año que viene, coincidiendo con el inicio de las negociaciones con los sindicatos, aunque Jainaga negó que quiera plantear “un chantaje” a la parte sindical. “No hay ni chantaje ni nada”, dijo el máximo responsable de la firma, que aún así dejó claro que las inversiones en Basauri tienen un “gran calado” por lo que, “si las peticiones sindicales no son razonables y no permiten que la inversión sea viable, pues no la haremos”.

Sobre el proyecto en la fábrica vizcaina, que estaría listo a comienzos de 2019, Jainaga explicó que tiene intención de que repercuta positivamente en la industria vasca y que sean empresas del territorio las que se encarguen del suministro de equipos que requerirá Basauri. Además, se llevarán a cabo inversiones de 15 millones al año para el mantenimiento del conjunto de las plantas.

Desde USO se advirtió de que facilitar información a la prensa antes que a los sindicatos “no ayuda” a las relaciones laborales, y también el comité de Reinosa criticó la “falta de información” a los sindicatos.