Saúl Santolaria: “La velada mostrará lo extenso, transversal y dispar de la obra de Bob Dylan”
Casi una treintena de músicos vascos y estatales participarán en el homenaje que acogerá el Kafe Antzokia el sábado 26 de abril
BILBAO. Aprovechando la coyuntura del éxito logrado con A Complete Unknown, la película dirigida por James Mangold protagonizada por Timothée Chalamet que narra los inicios musicales de Bob Dylan, el Kafe Antzokia de Bilbao acogerá el sábado 26 de abril, a las 22.00 horas, un tributo al autor de A Hard Rain´s A–Gonna Fall y Mr Tambourine Man. Serán casi tres horas de música a cargo de dylanitas reconocidos de la escena vasca y estatal como Gaizka Audience, Gonzalo Portugal, Delincencia Senil, instrumentistas de Smile, Luz Casal o Zimmerband y el propio Saúl Santolaria, instigador de la velada. “La velada mostrará lo extenso, transversal y dispar de la obra de Bob Dylan”, explica el productor musical vizcaino, propietario de los estudios Sweet Saúl Music y especializado en Comunicación y Pedagogía de la Voz.
Vuelve a las andadas, a estar detrás de espectáculos dedicados a versionar a clásicos de la música popular. Recuerdo su participación en el ciclo ‘Izar & Star’ con versiones de Fleetwood Mac y Van Morrison, entre otros.
-Tienes razón, hicimos una velada sobre el Troubador, el local de Los Ángeles por el que pasó todo el mundo musical en los 70. Y otra sobre James Taylor, muy interesante.
Le apasionan estos rescates que no dejan de formar parte de la educación musical, cultural y sentimental de bastante gente ¿verdad?
-El otro día hablé con Sara Iñiguez (ha publicado discos también como Rubia) y me decía que no participaría en el rescate de Dylan porque había hecho ya mucho de esto en el pasado, que ahora estaba en otras cosas y quería centrarse en su obra. Yo tengo canciones, proyectos y he compuesto mucha música, pero veo que todavía falta mucho por hacer con estas recuperaciones y rescates de la cultura musical popular. Son una suerte de evangelización (risas).
Queda mucho por descubrir, sobre todo a las generaciones más jóvenes. Tiene mucho que rescatar y aprender, lo que supone un enriquecimiento.
-Eso es. Mirar hacia atrás me da fuerzas para entender lo que pasa hoy en día y me fija los valores, los principios y la ética de un montón de cosas que me han construido como persona. Me he educado escuchando a los clásicos, no solo en la música, también en su filosofía y la construcción de lo que tiene que ver el autoconcepto, qué somos. Eso me lo ha dado la música… y ahora yo intento devolvérselo.
Seguro que Dylan es uno de esos referentes a los que aludía, pero este homenaje aprovecha el lanzamiento de la película ‘A Complete Unknown’. El título, el cartel... ¿Me equivoco?
-Así es. La película es muy interesante, como el que Dylan vuelva a la carga y se pueda advertir de nuevo la riqueza que existe en su obra y en su persona. Me pareció que había que hacer algo porque vi que no había mucho movimiento de la gente que está alrededor de Dylan en la escena musical. Y Pablo Bilbao, que es muy fan y participará, me propuso sacarlo adelante. Y encajaron todas las piezas, ya que siempre quise hacer un tributo sobre él y lo extenso, transversal y dispar de su obra. Y qué mejor momento que ahora, que vuelve a estar en la palestra.
¿Cree que sigue un desconocido debido a su trayectoria longeva y ecléctica, y a esa personalidad huidiza, siempre en la sombra?
-Dylan es un paquete de canciones que son himnos generacionales e hiper mega trascendentes...
A su pesar, en ocasiones.
-Bueno, creo que él es consciente de cuál ha sido su figura y de su repercusión, y por ello ha querido huir de ello al sentir que estaba por encima de una gestión humana del éxito y de la repercusión. Además, se ha autoboicoteado y hecho cosas a contracorriente porque se aburre de sí mismo. No se repite nunca, tampoco en los conciertos donde cuesta conocer todas sus canciones. Es como un Pasa palabra de libro (risas).
Y además de esos clásicos, está el resto de su obra, ya con canciones no tan conocidas.
-Y habrá de todo en el concierto. Será un repertorio de más de 30 canciones interpretadas por más de una veintena de músicos que incluso coincidiremos en el escenario en algún momento. Nos iremos solapando y se podrá escuchar de todo, de los hits clásicos y populares a otros temas muy especiales. Creo que lo interesante del repertorio es que las canciones buenas, las que realmente nos tocan a los fans, están en él.
Habla de criterio de calidad. Subjetiva, en su caso, imagino.
-Bueno, hice una lista, pero me la tiraron un poco por tierra en el chat que tenemos los participantes. Cada uno va a aportar la canción que le toca. La lista es muy interesante porque surge de muchas sensibilidades diferentes y de una aproximación dispar a la música de Dylan.
¿El listado abarca toda su carrera?
-Casi toda… De la última época hay poca cosa aunque tiene cosas interesantísimas, como Modern Times, que es un discazo del calibre de los clásicos, o Time Out Of Mine. Se ha elegido el repertorio por canciones emblemáticas y en estos más recientes hay menos aunque son discos maravillosos desde el punto de vista conceptual.
¿Habrá también un recuerdo a su etapa cristiana, que algunos estamos redescubriendo y reivindicando?
-Efectivamente, incluye maravillas también. Él tiene una hipersensibilidad en lo musical y en lo lírico en todas y cada una de sus épocas. Da igual qué te pongas delante, qué parte de su vida y de su momento vital.
¿Habrá pasajes acústicos y otros eléctricos?
-Así es. Habrá tres actos: la época folk y trovadora, la de la experimentación eléctrica y la reivindicación más profunda y su espiritualidad, y una última más festiva, ya que no dejamos de ser entretenedores y queremos que la gente lo pase bien. Ese final será como un totum revolutum.
¿Quiénes participarán en la velada?
-Habrá una banda fija formada por Gonzalo, un batería argentino maravilloso; Txema Eirós, bajista y cantante que toca en Zimmerband y Alberto Cueto, uno de sus cantantes, además de Fran Rubio, exteclista de Alejandro Sanz y ahora con Luz Casal. También actuarán Gonzalo Portugal, líder de Last Fear Deal a la guitarra, igual que Gumu, muy fan de Dylan; Féliz Cabeza, otro erudito del cantante; el grupo Delincuencia Senil; Juan Cardenal, el oftalmólogo y maravilloso intérprete Juan Durán; Gaizka de Audience, grupo que ha grabado un disco de versiones en euskera de Dylan y colaborarán también algunos invitados sorpresa por confirmar.
Mucha gente de la escena, y no solo vasca.
-Exacto. La gente se ha implicado rápido y no ha habido muchas negativas. Tampoco hemos tirado mucho la caña y se ha debido a coincidencia de fechas y giras, y a que ha sido todo muy repentino. Ha habido gente que se queda con las ganas de participar, como Iñigo Coppel, vizcaino que sigue en Madrid. Como dice en una de sus canciones, él es el mayor fan de Dylan del mundo (risas).
Tanta gente y 32 canciones… Más de dos horas, seguro.
-Casi tres, si nos dejan (risas). Y aseguro que la gente que vaya se lo puede pasar muy bien incluso sin conocer nada del repertorio que sonará, ni a los propios músicos. Por cierto, se me había olvidado la participación de dos teclistas más: Diego Las Heras, que ha tocado con El Consorcio y muchas otras bandas, e Israel Redondo, que lo hace con Gorka Bringas y Smile. Por momentos habrá hasta cuatro guitarristas y tres teclistas.
Como en las ‘jam session’ de los 60 o 70.
-Más o menos, así es, y será muy interesante. Ha sido toco casi improvisado, nos ha llevado apenas un mes. Los músicos han hecho lo que yo llamo back office, cada uno ha mirado y preparado sus movidas particulares.