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‘Oi ama Eskual Herri’, el puente que une a Jorge Drexler con Euskadi

El uruguayo cantará el clásico de Benito Lertxundi en el BEC este viernes y sábado, compartido con Idoia Asurmendi, en Ura Bere Bidean

‘Oi ama Eskual Herri’, el puente que une a Jorge Drexler con EuskadiAndrés Portero

El cantautor uruguayo Jorge Drexler es una de las voces foráneas, no euskaldunes, que participará este viernes y sábado en los conciertos de Ura Bere Bidean en el BEC, en el que colaboran la BOS y la Coral de Bilbao bajo la dirección de Fernando Velázquez. Además del tema propio Todo se transforma, el músico residente en Madrid compartirá con Idoia Asurmendi Oi ama Eskual Herri, convertido en himno por Benito Lertxundi. “Es una cita con la canción y con Euskadi en general, me gusta tender puentes”, explica Drexler.

Oi ama Eskual Herri, que Lertxundi incluyó en Altabizkar/Itzaltzuko Bardoari (1981) es revisada ahora, en formato orquestal y con los arreglos de Velázquez, para el proyecto Ura Bere Bidean, interpretada por la joven cantante euskaldun Idoia con Drexler. “Es una canción que he escuchado desde pequeña y es verdad que me da cierto respeto”, reconoce la de Aramaio, para quien cantarla con el autor de Me haces bien y Tocarte “ha sido maravilloso, y seguro que lo va a ser también” en los conciertos.

“Ha sido maravilloso primero entrar en contacto con la canción porque no la conocía, y luego cantarla con Idoia. Es increíble cómo empasta. Además de cantar maravillosamente bien sola, es muy fácil empastar (las voces) con ella”, explica el músico uruguayo, que se sorprendió del origen del tema grabado por Lertxundi. “Es una canción muy viajera y que Jorge la convierte en especial al hacer que vaya más allá del pueblo vasco”, explica Idoia.

De origen griego aunque basada en una tonada alemana previa, Oi ama Eskual Herri habla de “la nostalgia por la tierra perdida”, algo que, según Drexler, “nos define como especie que se ha movido siempre”. En su opinión, “me suena a canción napolitana, mediterránea, y la hemos ido añadiendo capas”, añade. Respecto a los arreglos orquestales de Velázquez, son “una especie de hipercanto, con un canto de raíz que se desarrolla en muchas direcciones”, explica Drexler. “La orquestación es una disciplina complejísima”, resume.

Velázquez considera que ambos intérpretes han añadido personalidad al clásico. “La habéis hecho vuestra, le habéis añadido una capa nueva”, indica el director vizcaino, que asegura haber realizado los arreglos actuales de la versión que sonará en el BEC desde “la sencillez más dolorosa”, ya que “es tan bonita, intensa y grande que cualquier cosa que hagas es peligrosa; al final, ha sido quitar y perder ideas, para no estorbar”, resume.

Sacarla del museo

La filosofía con la que los participantes han trabajo la versión actual del himno euskaldun tiene un punto desacralizador. “Sacar a bailar esta canción es mucho más bonito que tenerla en un pedestal, en un museo. Es la manera de mantenerla viva, las cosas en los museos se congelan”, defiende Drexler. “Hay muchas versiones, pero cuando me la enviaron sin voces, me entraron ganas de llorar de emoción”, confiesa Idoia.

Emoción es la palabra que define estos conciertos colaborativos entre músicos, orquesta, coro y público. “Interpretar juntos es lo que hace que el proyecto sea especial”, explica Velázquez. Por su parte, Drexler habla de “curiosidad” ante los conciertos de hoy y mañana. “Siempre me han encantado los puentes, y tenderlos entre idiomas siempre me ha parecido enriquecedor. Es una cita con vosotros, la canción y con Euskadi en general, lo que me pone muy contento”, explica. “Es generoso por tu parte al acercarte a nosotros y a nuestra música”, concluye Idoia.