"Si un concierto sale bien no hay nada comparable, ni el sexo"
El grupo murciano presentará su último disco, 'Para no ver el final', mañana en el BBK Live. "La música, el rock de siempre, sigue siendo nuestra pasión. Si un concierto sale bien no hay nada comparable, ni el sexo", asegura el vocalista Carlos Tarque.
BILBAO. M-Clan es una de las apuestas estatales más potentes que exhibe el cartel del Bilbao BBK Live Festival de este año. Y, encima, actuará en Kobetamendi en la jornada de clausura, junto a uno de sus héroes musicales, The Black Crowes. "Íbamos a ir al Azkena de Gasteiz pero surgió esto y no podíamos decir que no", explica Carlos Tarque, cantante de la banda y único miembro original del grupo junto al guitarrista Ricardo Ruipérez, junto al que ha grabado su último disco, Para no ver el final (Warner).
Los cambios sufridos en los últimos tiempos parecen haberle sentado bien al grupo, ¿no?
M-Clan siempre ha sido un grupo de cambios de formación. Y siempre han sido para algo. En este último disco ha salido gente que llevaba tiempo en el grupo pero hacía falta para renovar energías. Los cambios no se debieron a que estuviéramos hartos de vernos los caretos sino que estaban muy pensados. Ricardo y yo creímos que iba a ser positivo para el grupo, para el disco y los directos.
Al final, una banda es como una pareja. Y son casi veinte años de carretera y conciertos. A veces, se pierde la ilusión.
Claro, y hay que recobrarla. Eso es ampliable a cualquier proyecto vital, que nacen con una energía y se van transformando. Y hay que buscar maneras de reinventarse. También es cierto que con los años ganas en experiencia y oficio y, si tienes claro adónde llegar, sabes cómo hacerlo. Los cambios son ley de vida y hay que jugar con ellos.
Lo evidente también es que los cambios no han afectado al núcleo del grupo, a la voz y la guitarra.
Sí, aunque hasta que la cosa empezó a flojear nosotros dos trabajamos mucho también con el otro guitarrista, Santi Campillo. Tras su polémica salida, al final el tiempo pone a todos en su sitio.
Si jugamos con el título del último disco, se abogó por cambiar y adaptarse "para no ver el final".
Sí, sí… No es nada personal, como en las películas (risas). Esto es un trabajo, un proyecto y una empresa, aunque no seamos empresarios. Pero hay que pelear por el grupo.
Una "empresa" ligada, en este caso, a vuestra pasión, que es la música.
La música es una pasión y una forma de entender la vida, también. Ahora mismo, el trauma de dejar de ser músico sería mucho mayor que si eso hubiera ocurrido al principio de M-Clan. Ahora no entiendo mi vida sin salir a tocar por ahí y hacer discos. Y si se acaba la venta de discos, algo que está ocurriendo, y nos deja de conocer la gente, iremos a tocar a garitos. No sé hacer otra cosa, ni quiero hacerlo. Ni me lo planteo.
¿Qué se siente arriba, sobre un escenario?
Uff… es algo indescriptible. Si el concierto es bueno, no hay nada que se le pueda parecer o comparar. Hace poco, a mis 41 años, he aprendido a esquiar con una amiga. Me pareció de puta madre, es cierto, pero si subes a un escenario… Estoy acostumbrado a un nivel de disfrute tan grande... Si el concierto sale bien, lo demás se queda lejos, incluso el sexo.
El último disco ha asentado el regreso del grupo al mundo del rock tras una etapa intermedia más pop y comercial, ¿no?
Se debió a una necesidad económica, así de claro. Con los primeros discos teníamos buenas críticas pero cada vez iba menos gente a vernos. El grupo se iba al garete. Y queríamos tocar más palos, no solo el de Lynyrd Skynyrd. El cambio quizá sí fuera un poco salvaje pero a nosotros nos gusta hacer las cosas por cojones. Nos abrimos al gran público pero sin dejar de lado nuestros gustos. Ahora estamos revisando los viejos sonidos más clásicos del rock.
Y cada vez mirando más de frente a los sonidos negros, especialmente al soul ¿verdad?
Sí, se debe también a la experiencia que vas teniendo y a los gustos y la música que escuchas. Nunca se ha visto tan claro nuestro gusto soulero, aunque en nuestros primeros discos sí que había ciertos toques de la música negra, en general, hacia el blues, el soul y el rock. Todo viene de lo mismo aunque es cierto que estoy escuchando más música soul.
¿Stax o Tamla Motown?
Ambas, y también Chess Records. No hay música mejor, la verdad. Últimamente estoy escuchando mucho un directo de Sam Cooke. Escuchándolo me dan ganas de llorar. Es música que me la pone gorda y no estos grupos de última hornada, excepto Wilco y dos o tres cosas más. Esa es la verdad. Que me digan que soy un cuarentón reaccionario… ¿Para qué voy a probar platos nuevos si puedo comerme una paella o una alubiada acojonante que se llama Otis Reading o Allman Brothers, por ejemplo?
¿La banda sigue llevando la sección de metales en directo?
Sí, en toda la gira, que volverá a pasar por Bilbao antes de fin de año y después del festival BBK Live. Es el día soñado, con un cartel que es casi más del Azkena Rock Festival. De hecho, íbamos a ir allí, a Gasteiz, pero salió la propuesta de Bilbao y la aceptamos. M-Clan es muy del Azkena, pero no se puede decir que no a tocar con los Crowes. Del cartel también nos gusta Jack Johnson y, además, es verano…
¿Como en vuestra canción, el futuro aparece esperanzado, dando las gracias a los días que están por venir?
De hecho, estamos ya currando en otro disco desde hace unos cuatro meses. El disco que estamos presentando es ya el pasado para nosotros, aunque estamos disfrutando mucho tocándolo con la banda nueva. Las nuevas canciones tienen unos visos muy rockeros y clásicos, también.
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